Testimonio de Japo, el payaso que hizo reír al Papa Juan Pablo II
A veces imaginamos a los santos como seres celestiales, inalcanzables, impolutos, que están más allá de todo alcance, sin defectos humanos. Sin embargo, la santidad no está reñida con el humor y la alegría.
San Francisco de Sales, testigo de la alegría y la afabilidad, decía “un santo triste es un triste santo”. Don Bosco era muy bromista. Santa Teresa de Ávila resultó una especialista en poner cariñosos apodos.…
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