ALMA DE POBRES
Mientras en el mundo danzan los millones de dólares
nos viene este pensamiento del Maestro de Galilea:
"Felices los que tiene alma de pobres porque de ellos es el Reino de los cielos".
Le felicidad se mide hoy por la abundancia de dinero,
de poder y de fama.
Algo que dura tan poco,
mas que el hombre actual no quiere caer en la cuenta que la cosa es así:
Todo pasa, pasa la vida, pasan las cosas y se corrompen.
Lo que perdura es lo eterno en donde hay sólo bondad, amor y paz,
en donde mueren los egoísmos y las vanidades de este mundo,
en donde la justicia será justicia de verdad.
Tener alma de pobre es querer estar cerca de los que sufren
y no pasar de largo frente a ellos.
Qué bien estuvo el Maestro en el Sermón de la montaña
en donde echó por tierra todos los esquemas humanos,
esos esquemas que apuntan sólo a lo temporal.
Alma de pobres ¿y el brillo de este mundo y las vanidades?
Pues esas se esfuman y solo queda la Verdad.
Junto a ella la sencillez, la humildad
y la pequeñez se convertiran en grandeza
porque seremos hijos de Dios para siempre.
Allá no será más grande el que tuvo más
sino el que pensó en los hermanos pobres
que no tenían nada o tenía muy poco.
Tener alma de pobres es mirar para el lado con desprendimiento.
Buena enseñanza del amante de los pobres.
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