Has CLICK AQUI para ver la Hora en el Mundo.
Fe y amor verdaderos
Una niña zulú observaba a una monja que estaba elaborando las hostias para la misa en la cabaña. La niña tendría unos nueve años. De pronto, en silencio, inclinó la cabeza y besó con fervor una de las hostias blancas y redondas. La monja religiosa sonrió, pero se vio en la obligación de explicarle algo:
Es mejor que no lo hagas. Nuestro Señor no está todavía en la Sagrada Hostia, vendrá a ella cuando el sacerdote pronuncie las palabras de la Consagración en la misa.
Pero la niña respondió:
Lo sé, hermana, pero así cuando venga nuestro Señor, encontrará mi beso.
(Autor desconocido)
Comentario
© 2025 Creada por Rosario ProVida.
Con tecnología de
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida