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Hola mamita…
Que bien me siento aquí, siento tu ternura, tu dulzura.
Mi angelito me dijo que pronto podré conocerte, los latidos de tu corazón ya los conozco muy bien. Sé que esta mañana te levantaste muy temprano y corriste mucho para poder desayunar, yo tenía mucha hambre pero por tu respiración reconocí que estabas muy ocupada y quiero pedirte perdón por haber golpeado tu pancita esperando que me dieras de comer, prometo ser más paciente…
Reconocí también que estabas muy ocupada porque sólo me saludaste por la mañana y no te acordaste de mí, pero sentí las dulces y pequeñas caricias de tu mano sobre mi espalda y me confortó dándome mayor seguridad al reconocer tu tacto.
La dulzura de tu voz resuena en mi corazoncito, y la ternura con la que me das tu amor adormece mi ser y me arrulla para poder dormir, para descansar y desarrollar mi cuerpecito un poco más.
Tengo tanto anhelo de conocer tu rostro, aquí es tan oscuro, pero el sonido de tu corazón me conforta y aumenta mi deseo de verte y sentir tus manos acariciando mi carita.
No puedo dejar de decirte que, aunque siento miedo de dejar este lugar, tan seguro para mí, confío que estando en tus brazos estaré mucho más seguro y sentiré mucho más tu amor. Sé que tú mano me sostendrá y podré aprender junto a ti muchas cosas nuevas y hermosas.
Dios me dijo que podía confiar en ti, porque tú eres un ángel al que El encomendó mi cuidado, porque sabía que tu gran corazón alberga mucho amor, ternura y cuidados para mí.
TE AMO MAMITA…
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