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Junio- Mes del Sagrado Corazón de Jesús

La imagen del Sagrado Corazón de Jesús nos recuerda el núcleo central de nuestra fe: todo lo que Dios nos ama con su Corazón y todo lo que nosotros, por tanto, le debemos amar. Jesús tiene un Corazón que ama sin medida. Y tanto nos ama, que sufre cuando su inmenso amor no es correspondido.
La Iglesia dedica todo el mes de junio al Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que los católicos lo veneremos, lo honremos y lo imitemos especialmente en estos 30 días. Esto significa que debemos vivir este mes demostrándole a Jesús con nuestras obras que lo amamos, que correspondemos al gran amor que Él nos tiene y que nos ha demostrado entregándose a la muerte por nosotros, quedándose en la Eucaristía y enseñándonos el camino a la vida eterna.

Origen de la devoción:
Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la Orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella. Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.
Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.
El pecado nos aleja de Jesús y esto lo entristece porque Él quiere que todos lleguemos al Cielo con Él. Nosotros podemos demostrar nuestro amor al Sagrado Corazón de Jesús con nuestras obras: en esto precisamente consiste la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Las promesas del Sagrado Corazón de Jesús:
Jesús le prometió a Santa Margarita de Alacoque, que si una persona comulga los primeros viernes de mes, durante nueve meses seguidos, le concederá lo siguiente:
1. Les daré todas las gracias necesarias a su estado (casado(a), soltero(a), viudo(a) o consagrado(a) a Dios).
2. Pondré paz en sus familias.
3. Los consolaré en todas las aflicciones.
4. Seré su refugio durante la vida y, sobre todo, a la hora de la muerte.
5. Bendeciré abundantemente sus empresas.
6. Los pecadores hallarán misericordia.
7. Los tibios se harán fervorosos.
8. Los fervorosos se elevarán rápidamente a gran perfección.
9. Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada.
10. Les daré la gracia de mover los corazones más endurecidos.
11. Las personas que propaguen esta devoción tendrán su nombre escrito en mi Corazón y jamás será borrado de Él.
12. La gracia de la penitencia final: es decir, no morirán en desgracia y sin haber recibido los Sacramentos.

Las condiciones para ganar esta gracia son tres:
1. Recibir la Sagrada Comunión durante nueve primeros viernes de mes de forma consecutiva y sin ninguna interrupción.
2. Tener la intención de honrar al Sagrado Corazón de Jesús y de alcanzar la perseverancia final.
3. Ofrecer cada Sagrada Comunión como un acto de expiación por las ofensas cometidas contra el Santísimo Sacramento.
Fuente: Catholic.net

UNA REFLEXI�N PARA CADA D�A DEL MES DE JUNIO

Oraci�n introductoria de cada d�a

Coraz�n amantisimo de Jes�s digno de todo amor y de toda mi adoraci�n; movido por el deseo de reparar y de lavar las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me manche de la culpa ingrato, te ofrezco y te consagro enteramente mi coraz�n, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.

Por cuanto son pobres mis m�ritos, �oh Jes�s!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de obediencia y de las dem�s virtudes que practicar� hoy y durante mi vida entera hasta el �ltimo suspiro.

Propongo hacer todo por tu gloria, por tu amor y para consolar a tu Coraz�n. Te suplico aceptes mi humilde ofrecimiento por las manos pur�simas de tu Madre y Madre m�a Maria.

Disp�n de m� y de mis cosas,Se�or,seg�n el benepl�cito de tu Coraz�n. Am�n.

P. Le�n Deh�n

 

D�a 1.- EL DIVINO CORAZ�N DE JES�S

El Coraz�n de Jes�s! Una herida, una corona de espinas, una cruz, una llama.,"He aqu� el Coraz�n que tanto ha amado a los hombres". �Qui�n nos ha dado aquel Coraz�n? Jes�s mismo. �l nos hab�a dado todo: su doctrina, sus milagros, sus dones de Eucarist�a, su Madre divina. Pero el hombre permanece todav�a insensible a tantos dones. Su soberbia les hace olvidar el Cielo, sus pasiones les hacen descender al fango Fue entonces cuando Jes�s mismo dirigi� una mirada piadosa sobre la humanidad; se apareci� a su hija predilecta, Margarita Mar�a para manifestarle los tesoros de su coraz�n.

 

D�a 2.- FUENTE DE SALVACI�N

En cada p�gina del evangelio, el Coraz�n de Jes�s habla de la fe. Por la fe Jes�s cura las almas, sana los cuerpos y resucita a los muertos. Cada uno de los milagros es el fruto de la fe; cada palabra suya es una incitaci�n a la fe

La fe es necesaria como el pan que comes, como el aire que respiras. Con la fe eres todo; sin la fe no eres nada. Con frecuencia nuestra fe es l�nguida como una llama a punto de extinguirse. Cuando en los campos, en las casas, en las oficinas, en las tiendas, se mofan de tu fe �sientes el coraje de defenderla sin sonrojarte, sin respeto humano? Cuando las pasiones te asaltan ferozmente �Te acuerdas que con un acto de fe resultas invencible porque Dios combate por ti y contigo?

 

D�a 3. -LA CORONA DE ESPINAS

Si observas al Coraz�n de Jes�s, pruebas un sentimiento de pena.Es coronado de espinas, mana sangre, es traspasado su Coraz�n. Es el s�mbolo de la vida de Jes�s. Nacido en medio de sufrimientos, abraza al dolor, abraza una cruz, la lleva al Calvario, muere crucificado.

Jes�s valora el dolor y crea una escuela: "Quien quiera venir en pos de m�, tome su cruz" (Mt.16,24).Es una frase un poco amarga, un poco triste, pero es as�. El dolor cristiano est� para purificar, para santificar las almas.

La cruz que �l te da es aquella que es buena para ti. Trata de tener devoci�n a tu cruz; �mala, como la amaron los Santos, como la am� Jes�s.

 

4.-EL AMOR DE DIOS

Jes�s te ama... y te da su Coraz�n, s�mbolo de amor. Sobre este coraz�n se enciende una llama que quiere extenderse e inflamar todos los corazones. �Jes�s te ama!.He venido -dice Jes�s- a traer el fuego del amor sobre la tierra y �qu� puedo desear sino que ese fuego encienda?

M�rate a ti mismo.� C�mo correspondes al amor de Jes�s? �Lo amas con todo tu coraz�n, con todas las fuerzas?

A la ma�ana, cuando te despiertas, �tienes un pensamiento para Jes�s? �Le rezas durante el d�a alguna jaculatoria?

 

5.-LOS MANDAMIENTOS DE DIOS

Jes�s habl� claramente : "Si me amas, guarda mis mandamientos"� Quieres salvarte? Observa mis mandamientos. Aqu� no hay escapatoria: para querer bien a Jes�s y para salvarte, es necesario que hagas lo que �l te manda: observar sus santos mandamientos.

A ti no te queda mas que obedecer. S�, es necesario obedecer. Pero la obediencia debe ser completa; observarlos todos y siempre.

Dios no ha dado ni cinco ni siete mandamientos, sino diez; y al infierno se va lo mismo por transgredir uno que los diez. A la c�rcel no se va por cometer muchos delitos; basta un solo delito.

 

6. -LA AGON�A DEL CORAZ�N DE JES�S

Tambi�n Jes�s llora. �Record�is el Huerto de los Olivos? All�, el Coraz�n de Jes�s fue expuesto al dolor, al miedo, a la tristeza. Aqu� Jes�s te renueva aquella triste escena. Pide adoradores, tiene sed de almas, y est� solo, abandonado,olvidado.Solo en la noche. Solo en las largas jornadas. Siempre solo. �Ir� quiz� alguno a hacerle compa��a?

Jes�s vive en el sagrario y es abandonado por el hombre. Quiere ser su comida y sufre el rechazo. Derrama por �l su sangre y la derrama in�tilmente.

En vano el se�or llama adoradores a su altar. En vano llama a las almas a la comuni�n; pero los hombres se obstinan en vivir lejos de �l. Por eso, �l est� triste.

 

7.-EL PECADO MORTAL

Jes�s llora ante la muerte de su amigo L�zaro. �Sabes t� por qu� Jes�s ante el cad�ver de su amigo llora, vibra, reza?

Por que era cad�ver. He aqu� tu imagen cuando te duermes en el pecado . No bastan las invitaciones del �ngel custodio, las oraciones de la madre, los consejos de los amigos las correcciones del confesor. Queremos un milagro de Jes�s. Es Jes�s mismo quien debe llorar, gritar, rezar por ti, alzar su voz. �Y t� tan f�cilmente te abandonas al pecado?

Con un pecado mortal pierdes todo, todo est� perdido. T� eres sensible a todos los afectos m�s tiernos y delicados. ?no sientes nada al ofender a Dios, al ponerlo de nuevo en la cruz? Sobre tu frente est� esculpida la imagen de Dios y t� la manchas para echarla en el fango.

 

8.-EL ESC�NDALO

El coraz�n m�s dulce y m�s humilde de la tierra es el Coraz�n de Jes�s. Pero este coraz�n divino no puede quedar indiferente frente a la ruina de tantas almas y es entonces cuando se conmueve y grita: �Ay, del mundo por los esc�ndalos!

Jes�s trabaja por la salvaci�n de las almas; el esc�ndalo roba las almas a Jes�s para darles el demonio. Jes�s muere en la cruz para redimir a los pecadores; el esc�ndalo hace estragos de la inocencia, destruye y arruina la obra de la redenci�n.

Dice S. Agust�n que el escandaloso sufrir� tantos infiernos corno las almas que �l ha asesinado. Exam�nate bien. La Magdalena fue escandalosa, pero repar6 y lleg6 a ser santa, Haz t� lo mismo.

 

9. -EL PECADO VENIAL

En el tribunal de An�s, Jes�s recibe una bofetada de un siervo y en la humildad de su Coraz6n exclama: El pecado venial deliberado es una bofetada a Jes�s; no lo pone en la cruz como el pecado mortal, pero es siempre un agravio, una injusticia, una ofensa.

�Qu� dir�amos de un criado que obedeciese los mandatos del amo, pero despreciase sus deseos Y sus consejos? �Qu� dir�amos de un hijo que diese una bofetada a su madre? Nosotros hacernos algo peor con Jes�s cuando cometemos el pecado venial.

 

10.-LA MURMURACI�N

Toma la vida de Jes�s y l�ela a fondo: no ver�s en El una palabra de rnurmulaci6n. El Sagrado Coraz6n es siempre. El mismo: tiene una palabra dulce para los justos y los pecadores, una palabra de ternura para sus traidores, una palabra de perd�n para los que le crucifican. Sobre todos extiende el manto benigno de la caridad. Por eso odia tanto la murmuraci�n y establece una regla especial: "No juzgu�is y no ser�is juzgados", dice.

En la medida con la que juzgu�is a los otros, ser�is juzgados. �Por qu� ves la mota en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?

 

11.-EL RESPETO HUMANO

A Jes�s no le valen las medias tintas, las almas ins�pidas �l quiere cristianos solo de una pieza; tiene el coraz�n abierto para todos, tambi�n para los corazones m�s obstinados, pero no quiere saber nada del respeto humano. Muchas veces nos ha dicho que no podemos servir a Dios y al mundo. �l ha hablado claro que, si queremos contentar al mundo, no estamos con �l, estaremos en contra de �l.

T� sabes que ciertas amistades con un continuo peligro para el alma y comprendes que no te dejan tranquila la conciencia y no te sientes con fuerza de romper esa triste cadena. �Cu�ntas veces no has observado los preceptos de la Iglesia por no huir de las cr�ticas de alguna mala lengua?

 

D�a 12.-LA CONFESI�N

El Coraz�n de Jes�s es un coraz�n de padre y como el padre est� siempre dispuesto a perdonar las culpas del hijo; el Coraz�n de Jes�s quiere hallar el medio con el que t� puedes encontrar siempre el perd�n de tus pecados.

Le presentaron a Jes�s 1 0 leprosos y �l les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes". Ellos obedecieron y fueron curados. Jes�s quiere as� prepararnos con el sacramento de la Penitencia que instituy� cuando dijo a sus disc�pulos: "Recibid el esp�ritu Santo. A quienes perdon�is los pecados les ser�n perdonados; a quienes se los reteng�is les ser�n retenidos".

El mismo Concilio de Trento llama a la confesi�n segunda tabla de salvaci�n despu�s del naufragio. �Y t� no la estimas?

 

13.-OCASIONES PELIGROSAS

Hasta ahora hemos tomado del Coraz�n de Jes�s aquellas palabras que condenan el pecado. Ahora Jes�s quiere sugerirnos tambi�n el medio con el que podemos evitar la huida de las ocasiones peligrosas. No hay escapatoria. �Quieres huir del pecado? Debes necesariamente evitar las ocasiones. Reza, confi�sate, pero si no huyes de las ocasiones peligrosas todo ser� tiempo malgastado. �Cu�les son las compa��as que frecuentas? �Quiz� se encuentran all� personas con las que permites confidencias que hacen llorar a tu �ngel custodio? �Se encuentra acaso alguna persona que te insin�a dudas sobre la fe, que susurra palabras que repugna o�rlas, que te aleja de tus pr�cticas de piedad?

�Cu�les son tus diversiones? � Son acaso ciertos lugares donde todos pierden la verg�enza, donde las pasiones se levantan impetuosas?

 

14.-LAS TENTACIONES

Los ap�stoles se acercaron un d�a a Jes�s y le dijeron: "Maestro, t� nos invitas siempre a orar; nosotros somos ignorantes, ens��anos t� . Y Jes�s siempre bueno, respondi�": Cuando or�is hacedlo as�: Padre nuestro que est�s en los cielos; y les ense�� la estupenda oraci�n del Padre nuestro. �Sabes por qu� Jes�s quiere que oremos al Padre para no dejarnos caer en la tentaci�n? Porque �l sab�a que el demonio nos tentar�a siempre y quer�a que nosotros pidi�semos la ayuda celestial para no sucumbir a la tentaci�n. El mismo pemiti� que el demonio le tentase para darnos ejemplo.

 

15. -EL VALOR DE LA ORACI�N

Jes�s invita, recomienda, impone la oraci�n, une a ella toda gracia, toda bendici�n hasta la salvaci�n eterna. El mismo reza por todas partes y siempre: en el templo, en el Huerto de los olivos, en el monte, sobre las aguas, en las plazas y en las sinagogas.

San Pedro corre el peligro de hundirse en las aguas y reza; la oraci�n lo fortifica. Marta y Mar�a piden llorando ante Jes�s en la hora del dolor y la oraci�n las consuela.

Rezan los Ap�stoles en el cen�culo y la oraci�n hace descender al Esp�ritu Santo con sus dones celestiales. Y t�, �cu�ndo rezas? �S�lo cuando est�s enfermo o cuando quieres que algo te salga bien?

Reza siempre porque siempre tienes necesidad de permanecer junto a tu Dios.

 

16.- RESPETO A LA IGLESIA

El celo m�s santo tiene sus manifestaciones m�s sublimes; no puedo admitir todos los obst�culos que se interponen a la gloria de Dios. He aqu� al Coraz�n de Jes�s encendido del celo m�s ardiente por la gloria del Padre; por �l obra, por �l sufre, a �l da gracias

�Est�s verdaderamente persuadido de lo que la Iglesia es en verdad la casa de Dios, el lugar donde est�n los �ngeles para hacer la guardia a Jes�s eucarist�a, el lugar donde se manifiesta m�s claramente a las almas. Y si est�s plenamente convencido, �con qu� intenci�n te acercas a la iglesia? D�jate guiar por el amor que Dios te tiene.

 

17.- SEMBRAR OBRAS DE BIEN

El Coraz�n de Jes�s habl� claro y fuerte: Toda la ley divina se compendia en los mandamientos: el amor a Dios y el amor al pr�jimo. Sin estos dos amores es imposible agradar al Se�or, es imposible entrar en el cielo. Pocos comprenden bien en qu� consiste el amor al pr�jimo. Si crees que amar al pr�jimo basta con no odiarlo, no hacerle mal, s�lo crees a medias. No, esto ser� de buenos hombres, pero no de buenos cristianos. El amor es operativo y debe manifestarse haciendo aquello que queremos y deseamos se nos haga a nosotros. La prueba generosa de este amor viene dada por el ejercicio de las obras de misericordia.

Jes�s tiene como echo a s� mismo todo lo que se hace a los pobres en su nombre. Y cuando alguna persona est� enferma, busca una media hora para visitarla, para darle una palabra de �nimo, para consolarla en sus dolores, para animarla a la paciencia, a la santa resignaci�n a la voluntad de Dios.

 

18.-CUIDA DE LA JUVENTUD

El Coraz�n de Jes�s ama a todos, pero tiene un amor especial por los j�venes, por los ni�os. "Dejad que los ni�os vengan a m�". Jes�s ve alrededor de ellos a madres doloridas y llorosas. "Hijas de Jerusal�n, no llor�is por m�, sino por vuestros hijos".

Ved c�mo hoy crece parte de la juventud. Son muchos los que crecen ligeros, vanidosos, volubles, llenos de exigencias, inclinados a la arrogancia, a la frivolidad, a la libertad desenfrenada. Son el llanto de tantas familias... y en ocasiones el deshonor de la casa. Padres, que vuestra principal preocupaci�n sea vuestros hijos.

 

19.-SED HUMILDES DE CORAZ�N

Cuando el Coraz�n de Jes�s quiso ense�arnos algo de s� mismo, lo dijo con una sola frase: "Aprended de m� que soy manso y humilde de coraz�n". Debe tener, pues, un gran esta humildad si Jes�s la estim� de tal manera hasta anteponerla a todas las dem�s virtudes. �l recomienda la castidad, la caridad, la obediencia, pero ninguna de estas virtudes da el privilegio que da a la humildad con estas palabras: "Aprended de m� que soy manso y humilde de coraz�n".

Los santos comprendieron bien esta sublime doctrina y no buscaron la santidad sino por4 medio de la humildad, persuadidos de que la humildad es el fundamento de todas las virtudes, el principio de toda gloria. La misma Virgen confiesa haber recibido insignes favores del Se�or porque �l vio " la humildad de su esclava".

 

20.-LA CASTIDAD

El Coraz�n de Jes�s es el emblema de la inocencia. �l quiere ser el cordero sin mancha que se alimenta en un jard�n de lirios. En su vida terrena, Jes�s escoge un precursor, m�rtir de la castidad, ofrece sus confidencias a un disc�pulo, Juan, que es virgen. "Bienaventurados los limpios de coraz�n porque ellos ver�n a Dios". La Iglesia amar� la castidad como el ornamento m�s delicado y suave de sus ministros ... y los santos la magnificar�n como la virtud ang�lica... creadora de los �ngeles sobre la tierra

 

21.-LA MORTIFICACI�N

Es el mandato de Jes�s. Mandato duro para los cristianos d�biles y demasiado apegados a las propias comodidades. Mandato suave y dulce para aquellas almas que sienten la belleza de la perfecci�n, gustan las dulzuras �ntimas de la vida cristiana. "Quien quiera seguirme, debe renunciar a s� mismo"

Para seguirle, para ser verdaderos cristianos, debemos corregir nuestros defectos, mortificar nuestras pasiones y nuestros sentidos. El primer m�dico de nosotros somos nosotros mismos.

Para conocerte bien debes hacer el examen de conciencia cada d�a, cuando est�s libre de ocupaciones materiales.

�C�mo regulas tus pasiones? �Reina en tu coraz�n la soberbia, la avaricia, la c�lera, la indiferencia en hacer el bien, la envidia del bien ajeno? Bajo la excusa de la prudencia,

� No escondes, quiz� el respeto humano? �C�mo mortificas tus sentidos?

 

22.-LA PERSECUCI�N

Quien m�s pesada, quien m�s ligera, todos tenemos una cruz personal que llevar, pero no hay una com�n a todos; es la cruz predicha por Jes�s cuando subi� al monte de las bienaventuranzas y pronunci� las palabras que fueron una verdadera revelaci�n para sus disc�pulos: Dichosos vosotros cuando os ultrajen, os persigan y mintiendo, digan de vosotros cosas malas por mi causa .Ser perseguidos por amor a Jes�s es una bienaventuranza? Alegraos porque ser� grande vuestra recompensa en los cielos.

 

23.-FRENTE A TANTO MAL

Cuando San Juan Bautista desde la prisi�n envi� a dos de sus disc�pulos a Jes�s para pedirle si era verdaderamente el redentor prometido, Jes�s, por toda respuesta se refiri� a los frutos: "Id y referid a Juan que los ciegos ven, los cojos andan, los muertos resucitan los pobres son evangelizados". Jes�s quiere nuestra salvaci�n. �l vive y obra por nosotros; por nosotros muere en la cruz.

Siembra mucho, siembra a manos llenas el bien; no se perder� en la tierra; fructificar� siempre para el cielo. Los cojos caminar�n.

�Cu�ntos defectos en las personas que t� conoces, que t� quieres! �Cu�ntas malas inclinaciones y quiz� cu�ntos esc�ndalos! Tu sabes que la caridad cristiana obliga a todos a la correcci�n fraterna.

 

24. - ACCIONES �TILES

�Cu�les han sido los dos grandes deseos del Coraz�n de Jes�s? La gloria del Padre y la salvaci�n de las almas. Por la gloria del Padre, Jes�s, con doce a�os, se encuentra con los doctores del templo; por su gloria recorre toda Palestina, bendiciendo y curando, y cuando llega la hora del suplicio, alza los ojos al cielo y reza: "Padre, yo te he glorificado en la Tierra donde he cumplido la obra que me has confiado. Padre, yo he manifestado tu nombre a los hombres que me has dado. Santif�calos en la verdad. Con estas pocas palabras, Jes�s explica su gran misi�n: Darle mayor gloria al eterno Padre y salvar las almas perdidas."

Proponte ofrecer cada d�a al Se�or tus acciones y hacerlas con el �nico fin de darle gloria, de agradarle.

 

25. -LA PRESENCIA DE DIOS

Escucha las exhortaciones de Jes�s: "Cuando hag�is limosna recordad que el Padre ve en lo escondido; que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha. Cuando reces, entra en la habitaci�n y cierra la puerta pues el Padre ve en lo secreto. Cuando ayunes, tu ayuno no se manifestar� a los hombres, pero tu Padre celestial ve todo a tu alrededor ...dentro de ti. Tambi�n las m�nimas cosas escondidas a los hombres no se esconden de su divina mirada. Nadie puede penetrar en los secretos de tu coraz�n. Dios, s�. Cuando crees que est�s solo hay siempre un ojo que ve tus acciones, un o�do que siente tus palabras, una mano que escribe tus pensamientos. �Dios te ve!

 

26. -DEVOCI�N A LA VIRGEN

Jes�s antes de morir, dio su testamento. En medio de la agon�a contempla al disc�pulo predilecto y le dice: "He aqu� a tu madre". Por su �ltima voluntad, Mar�a se convierte en madre de todos.

Jes�s, que amaba perfectamente a su madre, se mostr� siempre sometido y obediente a ella.

Todas las gracias del Se�or vienen a ti por su mediaci�n. Y si la estimas. �C�mo tratas de amarla? Un hijo que dice amar a su madre y despu�s la ofende no es sincero; es un mal hijo. �Y t� no ofendes a la Virgen con tus faltas de amor?

 

27. -EL PREMIO FINAL

�Qu� premio tan hermoso te ha reservado el Sagrado Coraz�n!

Es el momento en que el solo pensamiento hace estremecerse: el momento de la muerte. Ante este pensamiento, el hombre tiembla, se agita; sin embargo, debe afrontarlo con amor y con la esperanza puesta en la misericordia de Dios.

Jes�s te sonr�e y quiere asegurarte la muerte santa, la muerte del justo. Entre las promesas que hizo a Santa Margarita Mar�a quiere recordar este punto: "Mi coraz�n ser� para todos mis devotos el seguro asilo en vida y espe cialmente en el momento de la muerte".

Si quieres, pues, afrontar la muerte con la calma del justo, trata de creer en Jes�s, de vivir en Jes�s. Entonces ser� cuando �l te dir� estas dulces palabras: "Hoy estar�s conmigo en el para�so".

 

28. -LA SANTA MISA

�El Sagrado Coraz�n de Jes�s se hace v�ctima por todos en la eucarist�a! Es el sol de la tierra. En la Misa no eres t� el que rezas, es Jes�s quien reza por ti. Es la gloria y la alabanza a la Trinidad, la alegr�a de los �ngeles, el camino del perd�n de los pecadores, la fuerza y la gracia de los justos, el refrigerio de las almas del Purgatorio, la alegr�a de los �ngeles, el camino del perd�n de los pecadores, el beneficio de la Iglesia, la medicina contra las enfermedades espirituales. San Isidro Labrador antes de ir al campo se empapaba de este b�lsamo de adoraci�n y amor. �C�mo vives t� la Santa Misa?

 

29. - EL SANT�SIMO SACRAMENTO

Una dulce palabra sale del sagrario: "Venid a m� todos los que est�is cansados y agobiados, que yo os aliviar�". �Qui�n habla as�? El Coraz�n de Dios. �A quien habla? A la pobre criatura d�bil enferma. �Para qu� te llama? Para ser tu fuerza, tu consuelo. Jes�s se ha hecho v�ctima en la Misa. Desea que t� lo recibas en la comuni�n. Quiere tambi�n ser visitado por ti, quiere hablar s�lo con tu coraz�n.

�C�mo practicas este deseo del Sagrado Coraz�n? �Vas cuando puedes a la iglesia a adorarlo, a ofrecerte a �l, a tomar fuerza, a hacer la comuni�n espiritual? �Le pides perd�n por tus culpas pasadas, por los pecados de tu familia, de tus parientes? �Lo reparas por tantas almas ingratas, por tantos pecadores moribundos?

 

30. - LA COMUNI�N REPARADORA

Si quieres amar al Coraz�n de Jes�s debes comulgar su cuerpo muy frecuentemente. �No eres digno? Y para hacerla una vez al a�o �te sientes digno? No eres perfecto. Pero la comuni�n no es un premio; es un medio para llegar a la perfecci�n. �Tienes muchos defectos? Para corregirlos tienes necesidad de la comuni�n. No son los sanos los que tienen necesidad de curaci�n, sino los enfermos. �No sabes que la comuni�n borra por s� todos los pecados veniales y preserva de los mortales?

(TEXTO ANTERIOR DEL BOLET�N 351 DE LOS P.P. REPARADORES)

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