Dios, Padre mío,
tú estás aquí y me amas.
Tú eres mi sostén, mi fortaleza y mi alegría.
Tu amor me envuelve
tanto cuando me va bien como cuando sufro,
cuando sonrío y cuando lloro,
cuando tengo éxito y cuando me siento culpable.
Cobíjame en tu amor
y deja que me nutra continuamente de él.
Estás aquí y me amas.
Regálame la gracia, de descubrir
hoy
tu amor en mi sufrimiento;
que mi amor sea suficientemente fuerte para
aceptar y sobrellevar ese sufrimiento;
que mi amor a ti se haga más maduro y desinteresado.
Ayúdame a ofrecerte mi "sí" de la mejor manera
que me sea posible.
Amén.
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida