Gracias, Señor Jesús, gracias Padre Celestial, gracias Espíritu Santo por el regalo de la vida. Te pedimos perdón por todos aquellos que no la valoran y especialmente por los que la destruyen.
Te pedimos perdón también, Señor, por todos aquellos que son rechazados, maltratados o matados, no sólo los niños por nacer, sino además los ya nacidos, los ancianos y los que dependen de otros por su enfermedad y fragilidad. Perdón y misericordia, Señor.
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