Has CLICK AQUI para ver la Hora en el Mundo.
Los martes son especiales para mí… los tomo libre en el trabajo y aunque las mañanas las uso para resolver asuntos personales… las tardes se las dedico al Señor y pasó tres horas acompañándole en una capilla de adoración perpetua cerca de mi casa…
Algunos de mis amigos no entienden esto… “¿Pero qué haces allí?, y tres horas…!!!”, me dicen… su pregunta no va dirigida a lo que hago concretamente (rezar el Rosario y la Coronilla de la Misericordia, leer la Palabra, hablar con Dios y sobre todo, escucharle)… sino que ellos no pueden concebir que alguien decida “perder” tres horas en una iglesia sin “hacer nada”… claro, estos amigos no son creyentes… y los que lo son, han perdido la gracia de asombrarse ante la maravilla de un Dios vivo y presente que quiere encontrarse cara a cara con nosotros…
Sin embargo, hay otros amigos que comparten esta necesidad de estar con el Señor… y no se sorprenden si algún día les cuento que llegué una hora antes de lo que me tocaba o si me quedé luego que terminado mi turno… y es que cuando has tenido un verdadero encuentro con Jesús en la Eucaristía se hace necesario estar con Él el más tiempo posible… entonces esos ratos de adoración se convierten en la fuerza que nos sostendrá durante toda la semana… como decía Sister Briege McKenna: tenemos que estar llenos del Amor de Jesús para poder darlo a otros… y el Santísimo Sacramento es la fuente de donde mana ese Amor…
Una vez conocí a un santito –el hermano David– que cuando llegaba a la capilla de adoración me decía que ese era su “departamento de quejas” para hablar con el “Jefe”… David padece de parálisis cerebral y para él, caminar es una hazaña inmensa, arrastrando los pies muy lentamente… sin embargo, a pesar de sus dificultades, siempre hay una sonrisa en sus labios… y sus ojos reflejan una bondad y una paz como pocas veces he visto… lo de las “quejas” es su forma de expresar la confianza que ese hombre tiene en Jesús, con Quien consulta hasta el más pequeño detalle de su vida…
Hoy es martes… así que esta tarde tengo mi reunión semanal con el Jefe… y aunque no le llevó ninguna “queja”, sí le hablaré de ti y de todas las cosas que Él sabe que necesitas y quiere darte… anda, estamos cerca de celebrar la fiesta del Corpus Christi, anímate a acompañarle tú también…
Los martes son especiales para mí… los tomo libre en el trabajo y aunque las mañanas las uso para resolver asuntos personales… las tardes se las dedico al Señor y pasó tres horas acompañándole en una capilla de adoración perpetua cerca de mi casa…
Algunos de mis amigos no entienden esto… “¿Pero qué haces allí?, y tres horas…!!!”, me dicen… su pregunta no va dirigida a lo que hago concretamente (rezar el Rosario y la Coronilla de la Misericordia, leer la Palabra, hablar con Dios y sobre todo, escucharle)… sino que ellos no pueden concebir que alguien decida “perder” tres horas en una iglesia sin “hacer nada”… claro, estos amigos no son creyentes… y los que lo son, han perdido la gracia de asombrarse ante la maravilla de un Dios vivo y presente que quiere encontrarse cara a cara con nosotros…
Sin embargo, hay otros amigos que comparten esta necesidad de estar con el Señor… y no se sorprenden si algún día les cuento que llegué una hora antes de lo que me tocaba o si me quedé luego que terminado mi turno… y es que cuando has tenido un verdadero encuentro con Jesús en la Eucaristía se hace necesario estar con Él el más tiempo posible… entonces esos ratos de adoración se convierten en la fuerza que nos sostendrá durante toda la semana… como decía Sister Briege McKenna: tenemos que estar llenos del Amor de Jesús para poder darlo a otros… y el Santísimo Sacramento es la fuente de donde mana ese Amor…
Una vez conocí a un santito –el hermano David– que cuando llegaba a la capilla de adoración me decía que ese era su “departamento de quejas” para hablar con el “Jefe”… David padece de parálisis cerebral y para él, caminar es una hazaña inmensa, arrastrando los pies muy lentamente… sin embargo, a pesar de sus dificultades, siempre hay una sonrisa en sus labios… y sus ojos reflejan una bondad y una paz como pocas veces he visto… lo de las “quejas” es su forma de expresar la confianza que ese hombre tiene en Jesús, con Quien consulta hasta el más pequeño detalle de su vida…
Hoy es martes… así que esta tarde tengo mi reunión semanal con el Jefe… y aunque no le llevó ninguna “queja”, sí le hablaré de ti y de todas las cosas que Él sabe que necesitas y quiere darte… anda, estamos cerca de celebrar la fiesta del Corpus Christi, anímate a acompañarle tú también…
© 2024 Creada por Rosario ProVida. Con tecnología de
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida