CON UN CORAZÓN ABIERTO
“Con un corazón abierto
permítenos, María, hablar contigo.
Estamos en un mundo que muchas veces
contradice frontalmente el mensaje
del Evangelio.
Tu Hijo nos invita a formar comunidad
y este mundo nos empuja a ser individualistas.
Tu Hijo nos llama a asumir la cruz
cuando se presenta
y este mundo nos impulsa a la evasión
de los dolores.
Tu Hijo nos impulsa a vivir en el Espíritu
y este mundo nos hace confiar
en bienes materiales.
Tu Hijo nos enseña a amar con un corazón limpio
y este mundo nos lleva a un amor
sin compromiso.
¿Nos comprendes, Madre, cuando te pedimos
tu compañía, tu apoyo, tu consuelo y tu energía?
Nosotros queremos permanecer vitalmente unidos
a tu Hijo amado y hermano nuestro, Jesucristo,
en quien están nuestra alegría y nuestra fortaleza.
Pero ayúdanos, Madre, a permanecer fieles,
a ser misioneros de su Palabra
y a ser testigos activos de su amor en esta tierra.
Ayúdanos a estar muy cerca tuyo
y a darte siempre un espacio privilegiado
en nuestro corazón y en el alma de la Iglesia.
Tú eres clave para que podamos vivir el Evangelio.
Tu vida no fue fácil. Enfrentaste dificultades.
Tuviste contratiempos. Hubo sombras
a tu alrededor.
Viviste con angustia la crucifixión
de tu esperanza.
Pero saliste victoriosa, Madre,
y contigo queremos también caminar nosotros.
Míranos con compasión.
No nos dejes, Madre nuestra.
Amén”.
(P. Miguel Ortega).