Casa Santa de Oracion
DEL LIBRO DE LAS CUARENTA HORAS DEL P. PIO
GRUPOS DE ORACION DEL SANTO PADRE PIO DE PIETRELCINA
SEÑOR INFINITAMENTE PACIENTE
En el Tabernaculo tu esperas y no te cansas nunca de esperar.
Tu tienes el deseo mas ardiente de vernos ir hacia ti pero, cuando no ves a nadie y el tiempo pasa sin que se presente nada de nuevo, no te vuelves impaciente.
Quisieras darnos mayor amor pero cuando descuidamos abrir nuestra alma a tus beneficios y no permitimos a tu gracias derramarse, no te irritas.
Tu miras nuestro mundo y ves muchos espectaculos dolorosos, pero tu bondad, lejos de retirarse ,no pide nada mas que perdonar.
Ves cuantos numerosos son los pecados que se cometen y aun asi no desencadenas tu furor, callas y esperas.
Esta paciencia ilimitada, de la cual nos brinda testimonio tu presencia silenciosa y amante, ¡infundela en nuestra conducta¡
Enseñanos a dominar cualquier irritacion, a no cansarnos de esperar, de callarnos en las horas criticas o llenas de agitacion.
Inspiranos una dulzura que no se deje nunca desarmar, una bondad que no se canse de perdonar, una sonrisa que no deje nunca de ser amable.
¡Tornanos pcientes hasta el final, a tu ejemplo¡
DEL LIBRO DE LAS CUARENTA HORAS DEL P. PIO
SEÑOR INFINITAMENTE PACIENTE
En el Tabernaculo tu esperas y no te cansas nunca de esperar.
Tu tienes el deseo mas ardiente de vernos ir hacia ti pero, cuando no ves a nadie y el tiempo pasa sin que se presente nada de nuevo, no te vuelves impaciente.
Quisieras darnos mayor amor pero cuando descuidamos abrir nuestra alma a tus beneficios y no permitimos a tu gracias derramarse, no te irritas.
Tu miras nuestro mundo y ves muchos espectaculos dolorosos, pero tu bondad, lejos de retirarse ,no pide nada mas que perdonar.
Ves cuantos numerosos son los pecados que se cometen y aun asi no desencadenas tu furor, callas y esperas.
Esta paciencia ilimitada, de la cual nos brinda testimonio tu presencia silenciosa y amante, ¡infundela en nuestra conducta¡
Enseñanos a dominar cualquier irritacion, a no cansarnos de esperar, de callarnos en las horas criticas o llenas de agitacion.
Inspiranos una dulzura que no se deje nunca desarmar, una bondad que no se canse de perdonar, una sonrisa que no deje nunca de ser amable.
¡Tornanos pcientes hasta el final, a tu ejemplo¡
DEL LIBRO DE LAS CUARENTA HORAS DEL P. PIO
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