Has CLICK AQUI para ver la Hora en el Mundo.
CEM. Jueves 26 de Noviembre de 2009
Carlos Quintero Arce
“Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado. Qué es el hombre para que te acuerdes de
él; el ser humano, para darle poder. Qué es el hombre para que te acuerdes de
él; el ser humano, para darle poder” Salmo 8.
1.- La fuerza extraordinaria de la primera Encíclica “Redemptor Hominis” la constituye el nuevo descubrimiento de la
dignidad del hombre: es decir, reconocer perfectamente de que en Cristo el
hombre, acogido en su propia debilidad por Dios, recupera la dignidad perdida.
La idea fija del Papa Juan Pablo II era involucrar a cada hombre, a los hombres
de todo el mundo, en el dinamismo de la humanidad de Cristo.
El hombre puede y debe ser nuevo, o sea formado según el Redentor. El hombre modelado por Él vive como hombre nuevo en
medio del mundo viejo; pero permaneciendo con Cristo se vuelve levadura de vida
nueva, eterna, inconmensurable.
Ser Cristiano no implica una pertenencia sociológica a una organización eclesial, sino que significa seguir a Cristo,
estar en misión, y realizar el servicio de amor a favor del hombre, estar de
parte del hombre en su humillación; compartir el peso de la suerte del hombre
cansado.
Ser cristiano significa ocupar el puesto que nadie, excepto Cristo, quiere ocupar y que el Cristiano, imitando al maestro está dispuesto a ocupar.
2.- El Papa intuyó el peligro real que existe de que el hombre, ejerciendo dominio sobre el mundo de las cosas, pierda los lazos
fundamentales de la propia realeza y dominio, convirtiéndose el mismo en objeto
de manipulación.
Por eso el Papa nos invita a convertirnos y a hacer penitencia, a recorrer los caminos de la fe que sana, a abrir las puertas
a Cristo. No se puede servir al prójimo permaneciendo en el pecado, esclavo del
odio o del placer. La conversión personal y el arrepentimiento, constituyen la
garantía de la realeza del hombre y de su dignidad, el cumplimiento de su
misión en la Iglesia y en el mundo.
Podemos decir que en el paso del siglo XX al XXI fue dado a la Iglesia un verdadero hermano y amigo del hombre en el recordado
Papa Juan Pablo II. Él comprendió muy bien todos los temores, las
preocupaciones contemporáneas y vio en el hombre su incansable anhelo de verdad
y de amor.
Afectísimo en Jesucristo; Les Bendigo de todo corazón.
+ Carlos Quintero Arce
Arzobispo Emérito de Hermosillo
© 2024 Creada por Rosario ProVida. Con tecnología de
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida