HERMANA CLARA DE ASÍS”

[Rina SanchezGRUPO HNOS D ASIS)]

CLARA, DE NOMBRE Y DE VIDA, NACE EN 1193/94, EN LA NOBLE FAMILIA DE FAVARONE DE OFFREDUCCIO Y ORTOLANA. ENSIMISMADA ANTE LA DECISIÓN QUE VA A TOMAR, RECIBE EL RAMO DE MANOS DEL OBISPO. CON 18 AÑOS, SE FUGA DEL PALACIO EN AQUELLA NOCHE DEL DOMINGO DE RAMOS 16 DE ABRIL DE 1212.

Se hace necesario, pues, redescubrir el carisma y la vocación de la hermana Clara, para redescubrir nuestro carisma y nuestra vocación, ya que “un solo y mismo Espíritu ha hecho surgir a los frailes y a las señoras pobres de este mundo”, como lo afirma Tomás de Celano (2Cel, 204).

TRES MOMENTOS PARA CONOCERLA:

Era conocida hasta el siglo XX a través de biografías devotas basadas en La Leyenda atribuida a san Buenaventura y de escritos posteriores. Hoy día se la conoce a partir del año 1912, con ocasión del 7° Centenario de su Consagración y Fundación de la Segunda Orden; en 1915 se descubrió el Proceso de su Canonización; en 1953 se celebró el 7° Centenario de su muerte. A partir de sus escritos personales: las 4 Cartas a Inés de Praga, la Regla, el Testamento, la Bendición, y lo declarado en el Proceso de Canonización, es como se puede hacer una aproximación a su perfil personal y espiritual.

1- SU PERSONALIDAD

Mujer de personalidad excepcional, noble tanto de origen como de carácter, madura, tierna, sensible, solícita hasta el detalle, con presencia de ánimo y don extraordinario para discernir; apacible, pero vigorosa y decidida, en especial cuando se trataba de defender su adhesión a la herencia espiritual de Francisco.

Alegría contagiosa en su porte, en lo que comunicaba, sobre todo en sus cartas. Amable, distinguida, cortés, sincera en el afecto, amiga, confidente. Discreta, prudente, comprensiva, generosa. Culturalmente, pudo ser formada en su casa o en un monasterio, y aunque “no había estudiado letras”, muestra un nivel cultural normal, en sus escritos, como el de san Francisco, aunque lo supera en su estilo literario elegante (como se puede ver en las Cartas y el Testamento). Atenta e inquieta respecto de los textos litúrgicos, la meditación de la sagrada Escritura, aficionada a la buena predicación de los pastores de la Iglesia. Muy dada al silencio, a la reflexión, al recogimiento, al encuentro consigo misma.

2- SU ESPIRITUALIDAD

SIEMPRE DÓCIL AL ESPÍRITU SANTO: El papa Gregorio IX visitaba gustosamente a la hermana Clara “para escuchar de ella celestes y divinos coloquios, teniéndola como sagrario del Espíritu Santo”. Ella se sentía guiada por el Espíritu divino y formaba a las hermanas en la docilidad a sus santas inspiraciones.

 

PRESUROSA SE DIRIGE A LA CAPILLA DE LA PORCIÚNCULA, DONDE LA ESPERAN FRANCISCO Y SUS HERMANOS, CON ANTORCHAS ENCENDIDAS Y CANTOS ALEGRES. FRANCISCO LE CORTA LA CABELLERA, COMO EXPRESIÓN DE CONSAGRACIÓN DE SU CONDICIÓN FEMENINA A CRISTO.

                                                    

Afirma: “… sino que atiendan a que sobre todas las cosas deben desear tener el Espíritu del Señor y su santa operación, orar siempre a él con puro corazón” (Rb 10,8-9). “… creciendo de lo bueno a lo mejor, de virtudes en virtudes (1ªCtaCl 32). Y la obra que has comenzado bien, llévala a cabo con empeño, y cumple el ministerio que has asumido en santa pobreza y en humildad sincera” (5ªCtaCl 13.14).

 

EN SEGUIMIENTO DE CRISTO: Más que imitadora pasiva, Clara es seguidora gozosa y fascinada de Cristo. En sus escritos dice: “… mira al cielo que nos invita, y toma la cruz y sigue a Cristo, que va delante; porque, tras diversas y numerosas tribulaciones, por él entraremos en su gloria. Ama con todas tus entrañas a Dios y a Jesús, su Hijo, crucificado por nosotros pecadores, y que su memoria no se aparte nunca de tu mente”  (3ªCtaCl  9-11);

 

También: “para que recordando… tu propósito, y viendo siempre tu principio, retengas lo que tienes, hagas lo que haces, sin renunciar a ello y, con andar apresurado, con paso ligero, sin que tropiecen tus pies, para que tus pasos no recojan siquiera el polvo, segura, gozosa y alegre, marcha con prudencia por el camino de la felicidad, no creyendo ni consintiendo a nadie que quiera apartarte de este propósito o que te ponga algún obstáculo en el camino  para que no cumplas tus votos al Altísimo en aquella perfección a la que te ha llamado el Espíritu del Señor” (2ªCtaCl 12-14).

 

Y: “Amonesto y exhorto en el Señor Jesucristo… que se esfuercen siempre en seguir el camino de la santa sencillez, humildad y pobreza, como también el decoro de su santa vida religiosa, según fuimos instruidas por nuestro bienaventurado padre Francisco desde el inicio de nuestra conversión a Cristo.” (TestCl 56-57).

 

EN CONVERSIÓN: Un camino de penitencia que empezó desde su niñez en su casa, en el ambiente familiar con su madre Ortolana, tiene su expresión en la formación piadosa y, la caridad hacia los necesitados: “Después que el altísimo Padre celestial se dignó iluminar con su misericordia y su gracia mi corazón para que, siguiendo el ejemplo y la enseñanza de nuestro bienaventurado padre Francisco, yo hiciera penitencia, poco después de su conversión, junto con las pocas hermanas que el Señor me había dado poco después de mi conversión, le prometí voluntariamente obediencia” (TestCl 24-25).

 

VIDA CENTRADA EN EL EVANGELIO: El Evangelio de nuestro Señor Jesucristo es para ella lo que para san Francisco: vida, y norma suprema. Los misterios de la vida de Cristo: encarnación, nacimiento (pesebre), infancia, pasión, muerte (cruz), constituyen su “Espejo” y el de sus Hermana pobres. El Evangelio es la palabra de Jesús, la palabra del Espíritu Santo, meditada y escuchada de los predicadores idóneos. Es el estilo de vida y seguimiento de Cristo pobre y crucificado: “La forma de vida de la Orden de las hermanas pobres, instituida por el bienaventurado Francisco, es ésta: guardar el santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y castidad” (RCl 1-2).

CONTINUANDO CON EL DISCERNIMIENTO DEL DESIGNIO DE DIOS, FRANCISCO LE VISTE DE ACUERDO A SU NUEVA OPCIÓN Y LA LLEVA AL MONASTERIO BENEDICTINO DE SAN PABLO DE LAS ABADESAS, LUEGO AL MONASTERIO DEL SANTO ÁNGEL DEL PANZO. CONTINÚAN DISCERNIENDO EL DESIGNIO DE DIOS SOBRE CLARA.

 

Francisco les escribió: "Ya que, por divina inspiración, se han hecho hijas y siervas del Altísimo sumo Rey Padre celestial y se han desposado con el Espíritu Santo, eligiendo vivir según la perfección del Santo Evangelio” (RCl 6, 3). Clara y sus hermanas en San Damián contemplan el Evangelio que Francisco y sus hermanos anuncian por los caminos del mundo. Su oración da fecundidad a la obra evangelizadora de la Familia Franciscana.

 

EVANGELIO EN FRATERNIDAD: “Ustedes son hermanos” (Mateo 23,8). Clara no se equivoca al mencionar sólo una vez el término “monja”, o al hablar sesenta y una veces de “Hermanas”. Fue el Papa Urbano IV que en la Regla de 1263 (10 años después de la muerte de Clara), quiso que se llamaran “Clarisas”, como su fundadora.

La Regla empieza: “La forma de vida de la Orden de las Hermanas Pobres… Y así como al principio de su conversión prometió, juntamente con sus hermanas, obediencia a san Francisco…” (Regla de Clara I, 1). En el Testamento, la hermana Clara afirma que prometió voluntariamente obediencia al Hermano Francisco, junto con las pocas hermanas que el Señor le había dado, poco después de su conversión (Testamento de Clara 25). Las Constituciones Generales de las Hermanas tienen como título: Reglas y Constituciones Generales de la Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara. Atención al título. En estas Constituciones, en el artículo 89, se puede leer que para san Francisco, lo mismo que para santa Clara, la dimensión fraterna es esencial a su forma de vida; que Santa Clara, desde el comienzo de su consagración a Dios, tuvo hermanas que consideró don del Señor.

 

Continuaremos trayendo apartes de esta hermosa experiencia de vida de Santa Clara de Asís.

Fray Humberto Ávila Gómez O.F.M.
Asistente Religioso de las Hermanas Pobres

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Los Escritos de Francisco y Clara, Ediciones Capuchinas FOSMI, tercera edición corregida, 2009.
Paul Sabatier,  Estudios inéditos, París, 1932, 12). 
San Francisco de Asís, escritos y biografías, B.A.C., Madrid 2006.

BENDITO SEA DIOS Y SUS ANGELES Y SUS SANTOS