El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los esclavos a decirle al amo: Señor, ¿ No sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña? ¿Quieres que vamos a arrancarla? Pero él les respondió: No, porque podrían arrancar también el trigo. Déjenlos crecer juntos hasta la siega…” (Mateo 13, 24-30)
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