Has CLICK AQUI para ver la Hora en el Mundo.
La misericordia es una actitud bondadosa de compasión hacia otro, generalmente del ofendido hacia el ofensor o desde el más afortunado hacia el más necesitado. En el cristianismo, es uno de los principales atributos divinos.
No hay que confundir la misericordia con la lástima. « Lástima es un sentimiento menos vehemente y más pasajero que compasión. Así es que de la palabra lástima no se deriva un adjetivo aplicable al que la siente, sino al objeto que la provoca, y lo contrario sucede con la palabra compasión, de que se deriva compasivo. Son lastimeros o lastimosos los infortunios, las enfermedades, el hambre y la persecución. Son compasivas las personas en quienes estos males producen lástima .» ? ? «La lástima se aplica con más propiedad a la sensación que nos causa el mal que se ofrece a nuestros sentidos; y la compasión al efecto que causa en el ánimo la reflexión del mal: porque aquella no explica por sí sola más que la sensación de la pena, o el disgusto que causa el mal ajeno; pero la compasión añade a esta idea la de una cierta inclinación del ánimo hacia la persona desgraciada, cuyo mal se desearía evitar. No nos mueve a compasión la suerte de un asesino condenado a muerte, pero nos da lástima el verle padecer en el suplicio. Nos da lástima el ver morir a un irracional; nos da compasión el triste estado de una pobre viuda. La compasión supone siempre un sentimiento verdadero. La lástima se emplea algunas veces para representar un sentimiento tan ligero, que apenas merece el nombre de tal; como: Es una lástima que no haga buen tiempo.»
La Misericordia es también un sentimiento de pena o compasión por los que sufren, que impulsa a ayudarles o aliviarles; en determinadas ocasiones, es la virtud que impulsa a ser benévolo en el juicio o castigo.BRobras de misericordia son 14 y se dividen en 7 Espirituales y 7 Corporales.
Las 7 Obras de Misericordia Espirituales
Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras de misericordia espirituales, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. (Catecismo)
1. Enseñar al que no sabe. Es importante que cooperemos con nuestros hermanos, pero es mas importante enseñarles a realizar por ellos mismos aquello que no saben. Por ello, enseñémosle a orar, a perdonar, a perdonarse, a compartir, etc. |
|
2. Dar buen consejo al que lo necesita.
|
|
3. Corregir al que se equivoca. Muchas veces nos enojamos o reímos cuando vemos a algún hermano equivocarse, olvidándosenos que no somos perfectos e inevitablemente nos equivocaremos también. Pensemos, ¿nos gustaría que se rieran de nosotros?, definitivamente NO, así que, cuando alguien se equivoque corrijámoslo con amor fraternal para que no lo vuelva a hacer. |
|
4. Perdonar al que nos ofende.
|
|
5. Consolar al triste.
|
|
6. Sufrir con paciencia los defectos del prójimo. ¡Que fácil es ver la paja en el ojo del prójimo y no vemos la viga en el nuestro!. Cuando seamos capaces de disimular los defectos de nuestro hermano, estaremos colaborando en la construcción del Reino del Señor. Tengamos paciencia con los ancianos, los niños, el vecino, el compañero de trabajo y ellos la tendran con nosotros, en nuestros defectos. |
|
7. Rogar a Dios por los vivos y los difuntos. Cuando escucho a mis hijos orar pidiendo a Diosito por nosotros, por sus hermanos, por sus compañeros de escuela y por sus abuelitos ya fallecidos, me siento agradecido de saber que muchos elevan una oración al Creador por mi y por mis familiares o amigos que se me adelantaron a la casa del Padre. Cada oración es una intercesión, y el Señor nos pide que oremos unos por otros para mantenernos firmes en la fe, así como El oró por Pedro para que una vez confirmado, le ayudara a sus hermanos. |
7 Obras de Misericordia Corporales
Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25, 31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4,5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonies de la caridad fraterna: es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4) . (Catecismo)
1. Visitar a los enfermos. Nuestros hospitales estan llenos de enfermos olvidados por sus familiares, o bien, personas que por la lejanía con el centro hospitalario, no reciben visita alguna. Es bueno dar dinero para los necesitados, pero que bueno es darnos nosotros mismos. Compartamos de nuestro tiempo con ellos y llevémosles una palabra de aliento, un rato de compañía a esos cristos en su monte de los olivos. |
|
2. Dar de comer al hambriento.
|
|
3. Dar de beber al sediento. Con cuantas ganas nos bebemos un vaso de agua fresca luego de recorrer un largo trecho para calmar nuestra sed. ¿Cuántas veces pensamos en nuestros hermanos que no tienen un lugar donde beberlo?. Pensemos en aquellos que se enferman porque deben calmar su sed con agua contaminada, aquellos que mueren de sed porque otros la desperdician, incluso Jesús, en su trance de muerte, sintió sed y lo exclamó con tanta vehemencia, que un soldado romano le acercó una esponja con hiel y vinagre para que la calmara. ¿Sómos nosotros peores que ese soldado romano como para negar agua al sediento?. |
|
4. Dar posada al peregrino. Existen muchos inmigrantes que esperan nuestra ayuda para poder vivir dignamente junto a su familia, ayuda que debe hacerse presente en toda forma y a todo momento. Recordemos que esos hermanos desposeídos son Sagrarios del Espíritu Santo que merecen al menos una Tienda de Encuentro con el amor Divino. |
|
5. Vestir al desnudo. A menudo nos encontramos con hermanos que estan vestidos con harapos o bien se encuentran desnudos, viéndose disminuída su dignidad de hijos de Dios. Ayudémosles a recobrarla brindándoles una vestidura limpia y respetable, que les permita reencontrar al Señor en la bondad de los demás. |
|
6. Visitar a los encarcelados. Cada mañana nos levantamos y corremos a los centros de estudio o trabajo, y posiblemente pasemos frente a un centro de reclusión en el que muchos de nuestros hermanos sufren la soledad y la indiferencia. Nuestra Santa Madre Iglesia nos llama a llevarles, no solo cosas materiales, sino el cariño de toda la comunidad a cada uno de ellos, para que se sientan parte del rebaño del Único Pastor. |
|
7. Enterrar a los muertos. Sepultarlos no significa olvidarlos, por el contrario, esta obra de misericordia coporal nos lleva a la obra de misericordia espiritual que nos invita a rezar por los vivos y los muertos. Al enterrarlos no debemos olvidar que es nuestro deber mantener sus sepulturas en buen estado, pues en ellas se contienen los restos mortales de aquellos que fueron Templo del Espíritu Santo. |
© 2025 Creada por Rosario ProVida. Con tecnología de
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida