LA PROPAGACIÓN DE LA DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA

[Maria Isabel Porras de Niño]

LA PROPAGACIÓN DE LA DEVOCIÓN A LA DIVINA MISERICORDIA

 

    La Devoción a la Divina Misericordia empezó algunos años antes de la segunda guerra mundial en pequeños círculos particulares.  Se hizo en público por primera vez cuando, en 1933 la nueva imagen de Jesús Misericordioso se expuso en Vilna -Ostra Brama-, Polonia.  Fue durante la conclusión del MCM Jubileo de Nuestra Redención.  El confesor de Santa María Faustina, en aquel año, predicó durante las Fiestas de Jubileo, tomando como tema "La grandeza de la Divina Misericordia", y exhortó a los hombres a que se dirigieran con toda confianza a la Divina Misericordia.  Pero en lo sucesivo todo estaba tranquilo por algún tiempo.  

 

    La Devoción de la Divina Misericordia cobró nuevo impulso en 1937 con la publicación de un librito que se hizo con permiso episcopal; la imagen del Misericordioso Jesús, la Novena, la Coronita y las Letanías a la Divina misericordia.  Dicho librito tuvo éxito, y la Devoción se iba propagando.  En este tiempo todavía Santa María Faustina, quien se sentía muy feliz al ver que la Devoción de la Divina Misericordia se propagaba y conmovía los corazones humanos, visiblemente.  Pero sólo después de su muerte, ocurrida en el año 1938, y aún más cuando la segunda guerra mundial empezó en 1939, que la Religiosa había profetizado exactamente, fue cuando la Devoción se extendió con rapidez.

 

    Cuando  esta guerra horrible, que con crueldad diabólica lanzó a muchas naciones en ella, muchos miles buscaron refugio en la Divina Misericordia y  hallaron la protección que pedían.  Después de la guerra, la Devoción a la Divina Misericordia se está propagando más y más, pues la vida después de la guerra convence cada día más a los hombres; cuán verdaderas eran las palabras que Nuestro Señor le dijo a Santa María Faustina: "La Humanidad no encontrará paz hasta que se vuelva con confianza a mi Divina Misericordia".   Más y más en las iglesias se exponen grandes y hermosos cuadros con la imagen del Misericordioso Jesús, y los fieles acuden a esta imagen pidiendo remedios a sus necesidades en estos tiempos tan graves.  Muchas placas votivas dan testimonio de los ruegos atendidos, de las penas y sufrimientos remediados y de la conversión de los extraviados.  Muchas de estas gracias obtenidas parecen milagrosas.  

 

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                      ORIGEN DE LA IMAGEN
                                                   DEL MISERICORDIOSO JESÚS


Cuando el Señor se apareció a Santa María Faustina la primera vez en Plock (Polonia), el 22 de febrero de 1931, le ordenó: "Pinta una imagen Mía según la visión que de Mí tienes , con la inscripción: !Jesús yo confío en Ti!. Santa María Faustina trataba de hacer la pintura, pero veíase incapaz de ejecutarla. Esto la afligía mucho, y durante la oración se quejaba a Nuestro Señor de que le diese órdenes que ella no podía cumplir. Entonces Nuestro Señor le concedía ver en espíritu a cierto Sacerdote quien la iba a ayudar a cumplir las divinas intenciones. Cuando Santa María Faustina llegó a Vilna, reconoció a aquel Sacerdote en su mismo confesor, y le confió sus visiones y revelaciones extraordinarias. El confesor después de haber hecho las necesarias investigaciones en lo tocante al espíritu de Santa María Faustina, su condición física, sus visiones y otras gracias extraordinarias, con gran circunspección y cuidado, y con el consejo y permiso de sus superiores, pidió a un artista D. Eugenio Kazimierowski (q.e.d.), que pintara el cuadro de la Misericordia de Dios", según las instrucciones dadas por Santa María Faustina. En Junio de 1934 la pintura estaba terminada. Nuestro bendito Señor, en contestación a las quejas de Santa María Faustina que el cuadro no era tan hermoso como el de la visión le contestó que era satisfactorio, y añadió: "Yo doy a la Humanidad un vaso con el cual deben venir a la Fuente de Mi Misericordia a buscar gracias... Ese vaso es este cuadro, con la inscripción !Jesús Confío en Ti!". Nuestro Señor está dibujado andando. Su mano derecha esta levantada bendiciendo. Su mano izquierda aparta un poco de los pliegues de Su vestido, dejando ver su Corazón. A través de su vestido, así separado, como procedente de Su Corazón, brillan un rayo rojo y otro banco.


Al principio, Santa María Faustina no podía explicarse el significado de esos rayos. Pero, después de algún tiempo, ella declaró que Nuestro Señor le había revelado que "los rayos del cuadro representaban la Sangre y el Agua que brotaron del fondo de Misericordia cuando Mi Corazón agonizante fue abierto por la lanza en la Cruz... Los rayos pálidos simbolizan el agua, que justifica el alma, y los rayos rojos representan la Sangre, que es la vida del alma. Estos rayos protegen al alma de la Ira de Mi Padre. Feliz el que viva bajo su sombra, porque la mano de la justicia de Dios nunca lo alcanzará... Yo deseo que el primer domingo después de Pascua Florida, se celebre la Fiesta de la Misericordia. Pide a tu confesor que hable a todo el mundo en ese día de Mi gran Misericordia, que cualquiera que se acerque en ese día a la Fuente de la Vida, obtendrá remisión completa de culpa y pena. La Humanidad no obtendrá Paz hasta que venga con confianza a Mi Misericordia. Yo prometo que el alma que venere a esta imagen no perecerá. Además, Yo prometo a dicha alma, ya aquí en la tierra, la victoria sobre sus enemigos, pero especialmente a la hora de la muerte. Yo, el Señor, la defenderé como Mi propia Gloria". Esta imagen, hasta la fecha, era nueva y desconocida en la iglesia, y por eso no podía ser expuesta en público en ninguna iglesia sin el permiso necesario de las Autoridades Eclesiásticas. Por consiguiente, sólo en el año 1937 fue cuando el confesor de Santa María Faustina hizo la solicitud de exponer esta Imagen públicamente en la Iglesia. Una comisión fue nombrada para investigar si era conveniente exponer dicha Imagen en la Iglesia Católica. La decisión de la comisión fue favorable. El día 13 de abril de 1937, con la autorización del Arzobispo de Vilna, la Imagen fue expuesta públicamente en la Iglesia de San Miguel donde está hasta hoy.


En el mismo año de 1937 el confesor visitó a Santa María Faustina en Cracovia, y descubrió en su diarios ciertas oraciones entre las cuales algunas son notables, como la Novena, las Letanías y Corona de la Divina Misericordia.


En contestación a sus preguntas, dijo a su confesor que Nuestro Señor mismo le dictó estas oraciones durante una de sus apariciones. El confesor publicó estas oraciones en Cracovia, en 1937, y además, en una segunda edición en Vilna, en 1940. Entonces ordenó imprimir separadamente la Imagen y al reverso la Corona de la Misericordia. El conjunto lo mandó a los editores de Cracovia.


En esta forma se realizó la promesa de Nuestro Señor hecha a Santa María Faustina: "Cuando los castigos por los pecados vinieren sobre la tierra, y cuando tu Patria fuere desvastada, la única salvación será La Esperanza en Mi Divina Misericordia. Yo preservaré las ciudades y casas en las cuales se encontrase esta Imagen. También Yo protegeré a aquellas personas que veneren esta Imagen y tuvieren confianza en Mi Misericordia". (Nota: Cracovia y Vilna fueron preservadas de la destrucción durante la segunda guerra mundial).

 

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                           INVOCACIONES Y PROMESAS


Jesús conoce las necesidades y tribulaciones de cada alma. Él sufre si no puede derramar los torrentes de su Misericordia en las almas. Sufre el Señor si las almas no se acercan a Él y no quieren recibir los torrentes de Su Misericordia. Esa pena del Sagrado Corazón se manifiesta en las palabras siguientes que le dijo a Santa María Faustina: "!Hija mía!, las llamas de Mi Misericordia me consumen...Yo quiero derramarlas en las almas. !Oh!, qué pena me dan si no quieren aceptarlas... !Hija Mía! Diles que Yo sólo soy el Amor y la Misericordia... Haz todo lo que está en tu poder para propagar la veneración a Mi Misericordia... Habla al mundo de Mi Misericordia, para que toda la Humanidad sepa que es infinita... Esta es mi amonestación para los últimos días; luego vendrá el día de la Justicia Mientras haya tiempo, tengan su refugio en la Fuente de Mi Misericordia, y ningún pecador tenga miedo de acercarse a Mi". El Señor ordena: "Yo deseo que los Sacerdotes prediquen Mi gran Misericordia a los pecadores".

" Yo prometo al alma que venerase esta Imagen de la Misericordia, que no perecerá... Yo le prometo ya aquí en la tierra la victoria sobre sus enemigos, especialmente en la hora de la muerte. Yo, el Señor, la protegeré como Mi propia Gloria. Estos rayos de Mi Corazón, que significan Sangre y Agua, protegen a las almas de la Ira de mi Padre... Feliz el que viva bajo su sombra, pues la mano de la justicia de Dios no le alcanzará. A las almas que propaguen Mi Misericordia. Yo las protegeré por toda su vida como una madre a su niño, y en la hora de la muerte, para ellos no seré Juez, sino Redentor. En esta última hora el alma no tiene otra protección que Mi Misericordia. Feliz aquella alma que durante su vida estuvo hundida en Mi Misericordia. Di a la Humanidad sufriente que venga a Mi Misericordioso Corazón, y le daré Paz".

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                INVOCACIONES A JESÚS SACRAMENTADO


Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, fruto del vientre sagrado de la virgen purísima, Santa María.

*** 

Gracias y alabanzas se den a todo momento al santísimo y muy divino Sacramento.

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Oh Jesús en el Santísimo Sacramento, ten compasión de nosotros.

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Sagrado Corazón de Jesús, haz que Te ame y que Te haga amar.

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Sagrado Corazón de Jesús, yo tengo confianza en Ti.

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Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al Tuyo.

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Eterno Padre, yo Te ofrezco la Sangre preciosísima de Jesucristo para descontar mis pecados, en sufragio de las almas santas del purgatorio y por las necesidades de la santa iglesia.

***

Virgen María, Nuestra Señora del Santísimo Sacramento, gloria del pueblo cristiano, alegría de la iglesia universal, salvación del mundo, ruega por nosotros y despierta en todos los fieles la devoción a la Santísima Eucaristía, para que sean dignos de comulgar todos los días.

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                              ORACIONES EUCARÍSTICAS REPARADORAS


Señor, perdona todos los sacrilegios contra la Santísima Eucaristía.

Nosotros te pedimos, atiéndenos.
!Señor, perdona!...
....Todas las comuniones indignamente recibidas!
....Todas las profanaciones del Santísimo Sacramento del Altar!
....Todas las faltas de respeto en las Iglesias!
....Todas las profanaciones y alejamiento de los Sagrarios!
....Todo el desprecio para con los objetos benditos!
....Todo el abandono de la Iglesia!
....Todo los pecados de inmoralidad!
....Todos los pecados de ateísmo!
....Todas las blasfemias contra Tu santo nombre!
....Toda frialdad e indiferencia con Tu santo amor de Redentor!
....Toda falta de respeto y difamación al Santo Padre!
....Todo desprecio a los obispos y sacerdotes!
Señor, perdona.
Amén.
* Repetir: "Nosotros Te pedimos, atiéndenos" después de cada 
invocación.

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                          COMUNIÓN ESPÍRITUAL



Mi Jesús, yo creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo por sobre todas las cosas, y mi alma suspira por Ti. Pero, como no puedo recibirte en el Santísimo Sacramento ahora, ven, por lo menos espiritualmente, hasta mi corazón. Me abrazo a Ti como si ya estuvieras conmigo: me uno a Ti enteramente. !Ah no permitas que vuelva a separarme de Ti! Oh Jesús, sumo bien y dulce amor mío, penetra e inflama mi corazón, con el fin de que esté por siempre ardiendo en Tu amor.

Amén. 
San Alfonso de Ligório

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                        DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

                                                                ORACIÓN

                                                             (P. del Castillo)

   Señor mío Jesucristo, verdadero Hijo de Dios y de la purísima Virgen María, pues has muerto en la Cruz para salvar a los hombres: yo creo que estás en el Santísimo Sacramento del altar, por que Tú, verdad infalible, lo has dicho; y creo que vienes a nosotros para asegurarnos la vida eterna dándonos perseverancia en tu gracia.

   Yo te adoro, Señor, con todo mi ser, en esta Hostia consagrada en que te has dignado venir a mí, y te doy gracias, oh Redentor mío por tan inmenso beneficio. En agradecimiento te ofrezco todos mis pensamientos, palabras y obras; te ofrezco el amor de todas las almas santas y muy especialmente el de tu Santísima Madre y el que Tú tienes a tu Eterno Padre. Te ofrezco, Señor, mi vida, mi alma y esta Comunión en unión de la oblación que de Ti mismo hiciste a Tu Eterno Padre en el ara de la Cruz y que cada día renuevas en el sacrificio de La Santa Misa.

   Dame, Señor, por tu suma bondad los efectos de tu gracia para que instituiste este adorable Sacramento.

   Concédeme que gane indulgencias que por privilegio pueda obtener, para lo cual te ofrezco mis oraciones y demás obras mías por las intenciones del Sumo Pontífice: la paz y concordia entre los pueblos cristianos, la extirpación de las herejías, y la exaltación de nuestra fe católica.

   Haz, Señor, que te ame sobre todo, que antes muera que ofenderos, y que toda mi vida, mis pensamientos, mis deseos, palabras y obras vayan encaminados al perfecto cumplimiento de tu Santísima Voluntad, buscando sólo la salvación de mi alma, y la de mis prójimos a tu mayor honra y gloria.

   Tú conoces mi corazón, Señor, con todo el bien y el mal que él encierra: llénalo de tu gracia. Concédeme, Señor, los dones espirituales de la sabiduría y de la tranquilidad del alma. !Oh, Dios! !Tú que diriges los movimientos del firmamento y que sientes la hoja que cae del árbol en un bosque solitario, en medio de los cánticos de triunfo de tus ángeles, dígnate escuchar también la voz del hombre que has creado a semejanza tuya y que te adora!

   Te pido esto, Señor, por tu santísima vida, pasión y muerte, por tu sacratísimo Corazón, para que alcance el fin para que me criaste, que es amarte, gozarte y alabarte por todos los siglos de los siglos.

   Y antes de dejar tu templo santo quiero, Señor, hacer a tu corazón Misericordiosísimo una súplica especial: que recibas las oraciones que te dirijo por mis seres queridos. !Bendícelos, Señor! !Cólmalos de tus gracias! concede la salud del alma y del cuerpo a los que están en esta vida y la paz y el descanso en Ti a los que nos han precedido en la vida eterna.

   Así sea

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                                     PUREZA DE INTENCIÓN

Señor mío Jesucristo, yo te ofrezco esta comunión en las mismas intenciones que Tú tuviste al instituir el sacramento de la Caridad misma. Te la ofrezco para tu gloria; para las necesidades de tu Iglesia: para las necesidades de todos mis hermanos, vivos y difuntos, muy especialmente para las de mis seres queridos. Amén

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                       EL "PATER" DE LA COMUNIÓN

Padre nuestro que reinas en los Cielos, ven a reinar en mi alma; ven a santificarla con tu presencia; ven a someterla a tu Voluntad santa y a hacerla dócil a las inspiraciones de tu gracia.

Aliméntala hoy con ese Pan misterioso que sacia su hambre; apaga en mi corazón todo sentimiento de odio y de venganza; perdóname como yo perdono. Dame esa sabiduría y esa fuerza que triunfa de todas las tentaciones; líbrame de todos los males que me abruman y me hacen gemir.

!Vengo a Ti como un niño a su padre para ser alimentado; como un súbdito a su rey para ser protegido; como un afligido a su único refugio para ser consolado!

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                                ANTES DE LA COMUNIÓN


Inspírame, Señor, la devoción, la veneración, el recogimiento de espíritu que exige la santidad de este sublime misterio. Permíteme, Señor, conocer, en cuanto soy capaz, todo el valor de este divino beneficio y de tu misericordia infinita para que sea yo digno de aproximarse a tu santa Mesa.

Si hallas en mí !oh Dios mío! algo que me haga indigno de esta gracia, te suplico, por el amor tuyo, que purifiques mi corazón a fin de no parecerme al traidor que se sentó a tu Mesa.

[Maria Isabel Porras de Niño]

                                                                      ORACIÓN

!Oh benignísimo Dios! Padre de Misericordia y Señor de todo consuelo, que no deseas la condenación de aquel que cree y confía en Ti; míranos. Te suplicamos, según la muchedumbre de tus Misericordias.

Engrandece Tu Misericordia, para que, aun en las tribulaciones más grandes de nuestra vida, cumplamos siempre y fielmente con Tu Santísima Voluntad, que es la Misericordia misma. Por Tu Hijo y Señor Nuestro Jesucristo, que contigo vive y reina por eternidad de eternidades. Amén