Perseverar no es precisamente no caer, sino levantarse y seguir adelante.
En la lucha por la virtud, lo que se va a premiar no son solamente las victorias, sino sobre todo la lucha y los esfuerzos que se hicieron por progresar.
OH¡ MARÍA SANTÍSIMA: mi alma no tiene ya el candor y la pureza de antes, pero siento que Tu sigues ayudándome con afecto maternal. Y que cada Avemaría que te rezo te recuerde que en esta tierra hay un alma que necesita mucho de tu ayuda e implora tu protección. No hay amargura que tu no puedas calmar, ni dolor que tu no puedas suavizar ni caìda tan honda de la cual no puedas Tu sacar. Oh¡ Marìa que yo tenga hambre y sed de pureza y de santidad.
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