¡MI CORAZÓN INMACULADO SERÁ VUESTRO REFUGIO Y AMPARO!
Junio09 de 2009- 1:05p.m.
Hijitos de mi Corazón: Estáis ya en los tiempos descritos por los profetas; os llamo a que permanezcáis unidos a mí vuestra Madre Celestial, a través del rezo de mi Santo Rosario. Acordaos pequeñitos que mi Rosario es látigo para mi adversario y sus huestes del mal; cada que vosotros rezáis mis Aves Marías y meditáis en los misterios de mi Rosario; os estáis uniendo a Mí, y a mis Ángeles y juntos Le estamos propinando una derrota al dragón infernal. Hijitos, mi Corazón Inmaculado será vuestro refugio y amparo en los días de purificación; os digo, que mientras más rosarios hagáis más pronto será derrotado de la faz de la tierra el enemigo de vuestra alma; uníos en oración a mi Corazón Inmaculado para que vuestras súplicas y oraciones tengan mayor mérito y seamos un gran ejército combatiendo toda fuerza del mal.
Pequeñitos míos, los días son difíciles, por eso debéis de orar a cada instante para que no caigáis en tentación; pues el príncipe de este mundo vaga como león rugiente buscando la forma de haceros perder; sólo la oración, el ayuno y vuestra confianza y fidelidad a vuestro Padre y Madre celestial serán vuestra protección. Hijitos, os digo, que no bajéis la guardia con vuestra oración, porque las tentaciones y las obras de la carne mi adversario las utilizará para seduciros y haceros perder. Estáis avisados; no perdáis la cabeza; apartaos del mundo y de los hombres de mundo para que no os perdáis, pues cada día de estos días de purificación los ataques serán más fuertes; purificad vuestra mente y pensamientos con la Sangre de mi Hijo; refugiaos en nuestros dos Corazones para que podáis sobrellevar estos días. Os regalo estas dos oraciones para que las hagáis a mañana y noche y podáis permanecer en nuestra paz.
“Oh Sangre Gloriosa del Redentor, purifica mi mente, sentidos y potencias para que no caiga en tentación; sed mi escudo y amparo de noche y de día. Gloriosa Sangre de Jesús, muéstrame el camino que lleva a la salvación”.
“Corazón Inmaculado de María, protégeme y ampárame, que tus rayos de luz cieguen al enemigo de mi alma, para que no pueda hacerme daño; ni en mi cuerpo, ni en mi mente, ni en mi espíritu. A ti me consagro Madre Mía; sed mi amparo y protección de noche y de día”. Amén.
Que la paz de mi Hijo os acompañe y mi protección maternal os asista. Soy vuestro refugio y amparo: El Corazón Inmaculado de María. Dad a conocer mis mensajes, hijitos de mi corazón.
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