ofundo, admirable. No dejes de mirarte en el espejo y maravillarte de ser mujer, hija del gran Rey.
Sigue enseñando al mundo lo que es el amor, y no te dejes seducir por la falsa imagen de la mujer. Eres y serás princesa, hija de un gran Rey, y en Dios descubrirás el tesoro más grande que tienes: esa capacidad de amar, me atrevo a decir, casi ilmitada.
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