Al comenzar el día
Señor Dios todo poderoso, gracias te doy por este nuevo día, ya que con este nuevo día tengo la oportunidad de acercarme mas a ti, y de servirte mejor que ayer.
Gracias te doy por mi familia, mis amigos y por todas las cosas que ya has puesto enfrente de mí para mi bien.
Santifica Señor por medio de tu Santo Espíritu, cada paso que yo de, para que a través de ellos de muestra de tu gloria y poder a los que encuentre por el camino.
Bendice Señor Jesucristo mis labios para que den testimonio de tu misericordia y amor; unge Señor Jesucristo mis manos con el perfume de tu Santa Obediencia a la Ley, para que estas bendigan mi labor; abre mis ojos para que vean tu esplendor y así poder tenerte como luz que de claridad a todas las decisiones que hoy tome.
Que por tu gracia mi corazón se regocije dé tal manera que todo el universo sepa que soy tu siervo, y así humildemente servir como instrumento de tu Divina Paz.
Te entrego mi corazón, mis pensamientos y todo mi ser para que los transformes a tu Imagen, y así poder yo ser mas como tu por el bien de tu pueblo, y para la gloria de tu Santo Nombre. Te pedimos esto en el Santo nombre de Jesucristo nuestro Señor.
Amen.
Ofrecimiento del dia a Dios
"Ven, Espíritu Santo,
inflama nuestro corazón
en las ansias redentoras
del Corazón de Cristo,
para que ofrezcamos de veras
nuestras personas y obras,
en unión con El,
por la redención del mundo.
Señor mío, y Dios mío Jesucristo:
Por el Corazón Inmaculado de María
me consagro a tu Corazón,
y me ofrezco contigo al Padre
en tu santo sacrificio del altar,
con mi oración y mi trabajo,
sufrimientos y alegrías de hoy,
en reparación de nuestros pecados
y para que venga a nosotros tu Reino.
Amén.
Oración de la mañana: ofrecimiento de la jornada diaria
Autor: Santa Teresita del Niño Jesús
Dios mío! Os ofrezco todas mis acciones de hoy, según las intenciones
del Sagrado Corazón de Jesús, y sólo para su gloria.
Quiero santificar los latidos de mi corazón, mis pensamientos y mis
obras, por más insignificantes que sean, uniéndolas a sus méritos
infinitos, y para reparar mis faltas, arrojándolas en la inmensa
hoguera de su Amor Misericordioso.
Oh Dios mío! os pido para mí y para mis seres queridos, la gracia
de cumplir, con toda perfección, vuestra santa voluntad y aceptar,
por vuestro amor, las alegrías y las penas de esta vida pasajera,
para que un día estemos reunidos en el Cielo por toda la
eternidad.
Amén!
¡Oh, Señora mía!
¡Oh Señora mía!
¡Oh, Madre mía!
Yo me ofrezco del todo a ti
y en prueba de mi filial afecto
te consagro en este día,
mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón,
en una palabra, todo mi ser.
Ya que soy todo tuyo,
oh Madre de bondad, guárdame y defiéndeme
como cosa y posesión tuya.
Amén.
Angel de Dios, bajo cuya custodia me puso el Señor con amorosa piedad, a mí que soy vuestro encomendado, alumbradme hoy, guardadme, regidme y gobernadme. Amén.
Dulce Madre, no te alejes, tu vista de mi no apartes.
Ven conmigo a todas partes y nunca solo me dejes.
Ya que me proteges tanto como verdadera Madre,
Haz que me bendiga el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Amén.
¡Tienes que ser miembro de Rosario ProVida para agregar comentarios!
Únete a Rosario ProVida