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rocedía del linaje del rey David, según la genealogía situada por san Mateo al inicio de su evangelio y de la tribu de Judá.
Oriundo de Belén. Era artesano (carpintero), y vivía como tal en Nazaret. Pobre de bienes materiales.
Es el esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Al tiempo de su desposorio se cree era de edad mediana.
Es el encargado de proteger el nacimiento y la infancia de Jesús y velar por María.
En el evangelio de Mateo (capítulo 1, versículos del 20-24) se relata el anuncio que el ángel le hace a José del nacimiento de Jesús.
Acompaña a la Virgen en el momento del nacimiento del Salvador, es testigo de la visita de los pastores y de los magos de Oriente, presenta con María al Divino Niño en el templo, escuchando la profecía de Simeón.
Debe huir con Jesús niño y su madre a Egipto, para salvarlo de la matanza decretada por el rey Herodes, viviendo allí el destierro.
Regresa más tarde con su familia a Nazaret.
Protagoniza con la Santísima Virgen la pérdida de Jesús en el templo y su hallazgo entre los doctores de la ley.
El evangelio lo llama "varón justo". Se sabe poco de su muerte. Sólo se conoce que a la pasión y muerte de Jesús, él ya había partido. Se supone que Jesús y María lo asistieron en su muerte y que fue sepultado en el valle de Josafat .
Oración
A ti recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado José, y después de implorar el socorro de tu santísima Esposa, pedimos también confiadamente tu patrocinio. Por el afecto que te unió con la Inmaculada Virgen, Madre de Dios, y por el amor paternal con que trataste al Niño Jesús, te rogamos que nos auxilies para llegar a la posesión de la herencia que Jesucristo nos conquistó con su sangre, nos asistas con tu poder y nos socorras en nuestras necesidades.
Protege, oh prudentísimo Guardián de la Sagrada Familia, a la raza elegida de Jesucristo; presérvanos , oh padre amantísimo, de toda mancha de error y de corrupción; muéstratenos propicio, y asístenos desde lo alto del cielo, oh poderosísimo libertador nuestro en la batalla que estamos librando contra el poder de las tinieblas; y así como libraste al niño Jesús del peligro de la muerte, defiende ahora a la Santa Iglesia de Dios contra las asechanzas del enemigo y contra adversidad. Concédenos tu perpetua protección, a fin de que, animados por tu ejemplo y tu asistencia, podamos vivir santamente y piadosamente morir, y alcanzar la eterna beatitud del cielo.
Así sea.
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