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El adviento que Dios quiere no es sólo un tiempo, es una actitud profunda.
No es tiempo cronológico, sino tiempo espiritual.
Y, siempre puede ser adviento, superando los límites del calendario.
El adviento auténtico -”en espíritu y verdad”- es el que cultiva y desarrolla la esperanza, es el que enciende todas las lámparas de la espera, es el que abre todos los oídos de la escucha, es el que dispone cuidadosamente el alma para la acogida.
Tiempo de esperanza, decimos, pero esperanza significa muchas cosas. Decir esperanza es decir deseo, confianza, paciencia, vigilancia, compromiso, valentía, alegría, humildad, paz.
El adviento que Dios quiere es que abras bien las velas de tu nave y que pongas el motor en marcha; que salgas una vez más del puerto de ti mismo y que te arriesgues en busca de la tierra prometida; que venzas tus apegos y comodidades, los que te impiden crecer; que superes tus miedos, que te paralizan; que sacudas tus rutinas, pura mediocridad; que confíes.
Y una vez que te hayas revestido con los hermosos trajes de la esperanza, predícala, siémbrala, sé su testigo.
Da la mano al que te pide, levanta al que está caido, fortalece las rodillas vacilantes, di palabras de consuleo alos corazones tristes, ofrece razones para luchar a los que están desencantados, pinta de color toda la vida.
Son muy necesarios los profetas de la esperanza ...
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María esperaba orando a que se cumpliera la promesa y tan sólo pedía poder ayudar a aquella que fuera a engendrar al Salvador, pero el Señor tuvo en cuenta la humildad de su sierva e hizo que la consideremos dichosa todas las generaciones. Precioso post Lili, te robo la foto, ok?
Amen DTB
DTB LILI, HERMOSA REFLEXIÓN.PAZ Y BIEN HERMANITA!!
Amén!
Me gustó mucho esta parte:
"El adviento que Dios quiere es que abras bien las velas de tu nave y que pongas el motor en marcha; que salgas una vez más del puerto de ti mismo y que te arriesgues en busca de la tierra prometida; que venzas tus apegos y comodidades, los que te impiden crecer; que superes tus miedos, que te paralizan; que sacudas tus rutinas, pura mediocridad; que confíes."
A veces uno se pierde en cosas que no son lo que realmente el Señor quiere que hagamos; El nos quiere auténticos, valientes, vencedores, que sepamos dar lo mejor de nosotros sin miedo y sin reservas. Y lo más importante, que vivamos convencidos de que si lo dejamos nacer nuevamente en nuestro corazón, El estará en todo momento a nuestro lado.
Gracias por el mensaje hermoso, Lili. Bendiciones abundantes para tod@s!
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