Meditación: “Por ser su Hijo Dios, María es Madre de Dios” (Lucas 1,3-5). Dios nos amó tanto que no sólo nos entregó a Su Hijo sino que nos dio a Su Madre. “Cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a Su Hijo nacido de Mujer…para que recibiésemos la adopción de Hijos de Dios” (Gálatas 4,5). Este es el maravilloso final del Plan del Padre y el sublime oficio de María, hacernos hijos de Dios, uno en Dios.
Oración: ¡Oh María, te agradecemos el regalo que nos ha hecho nuestro Dios amado, ponernos en tus hermosas manos para hacernos santos. Amén.
Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).
Florecilla para este día: Examinar mi devoción a la Virgen y cómo la practico.
FLOR OFRECIDA: el Jacinto
El Jacinto simboliza el corazón feliz y rebosante. Encontrarnos con María es querer que Ella toque un poco esa parte de nuestro ser que se debate entre el bien y el mal, la pobreza y la riqueza, la salud y la enfermedad, la paz y la violencia.
Enseñar a María, la flor del Jacinto, es dejar un hueco en el interior de nuestros corazones para que Ella lo llene con la presencia de Cristo Resucitado.
FLOR OFRECIDA