"Le amo sin haberle visto"
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”. Marcos 12:30 Este es parte de un dialogo que Jesús tiene con unos hombres que le están preguntando acerca del mandamiento más importante. Jesús les responde claramente, que su prioridad debe ser amar a Dios con todo lo que se pueda amar humanamente.
Si bien es cierto que Jesús nos anima a ayudar a los necesitados, cuidar de las viudas y los huérfanos, visitar a quienes están en la cárcel y amar al prójimo, también debemos tener en cuenta que a nada de esto el Maestro le da la importancia como amar a Dios.
La pregunta que resulta entonces es ¿Será realmente posible amar a alguien a quien nunca hemos visto? Y la respuesta sencillamente es si. Para probar este punto, podríamos mirar el caso de una madre ciega quien jamás ha visto a sus hijos, y preguntarle si su ceguera le ha impedido amarles como cualquier otra mujer que ha tenido la capacidad de hacerlo.
Lo que definitivamente, resulta imposible es amar a quien no conocemos. Es imposible tener tal sentimiento por una persona con quien no disfrutamos de una estrecha relación. Podríamos deducir que nuestra dificultad para amar a Dios como El lo desea, no radica en nuestra imposibilidad de verlo; sino en lo poco que le conocemos. Si has tenido problemas en tu intento de amar a Dios, no es porque no le has visto sino porque no le has conocido al nivel que necesitas conocerlo.
Una vez que te esfuerzas en tener comunión con Dios, podrás conocer lo que El desea, lo que le gusta, lo que no, su corazón, anhelos y deseos y entonces podrás enamorarte de Él, porque conoces su amor, misericordia, gracia y perdón; solo por nombrar unas de las tantas características que nos llevan a enamorarnos de Él. La única forma de cumplir con el mandamiento más importante que Jesús les dio a sus discípulos y a todos los que desean acercarse a Él, es disfrutando de una intimidad y una relación tan cercana que el amor llega como un resultado natural de ésta.
Hoy Dios quiere conquistar tu corazón y te invita a que le conozcas íntimamente, ¿Estás dispuesto? Juan 20:29 “Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron”.
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