Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska

[ieda Flavia Analia]

Fragmento del Diario de Santa Faustina Kowalska,
"La Divina Misericordia en mi alma", con comentario

Comunión frecuente. 

558 Sobre la Santa Comunión. Las hermanas no deben hablar de cuáles de ellas se acercan a la Santa Comunión con menos frecuencia y cuáles más a menudo. Se abstengan de dar juicios en esta materia a la que no tienen derecho; cualquier juicio respecto a esto pertenece exclusivamente al confesor. La Superiora puede preguntar a una hermana dada, pero no para conocer la razón por la cual no se acerca a la Santa Comunión, sino más bien, para facilitarle la confesión. Que las Superioras no se atrevan a entrar en el ámbito de las conciencias de las hermanas. A veces, la Superiora puede disponer que la Comunidad ofrezca (28) la Comunión por cierta intención. Cada una debe aspirar a la máxima pureza del alma para poder recibir diariamente al Huésped Divino. 

Comentario: 

En tiempos de Sor Faustina no era común que las personas se acercaran diariamente a recibir la Sagrada Comunión. Pero como Dios no deja desamparados a sus hijos, cuando el Mal se hace más grande, también el Señor nos da más armas y remedios para enfrentarlo. Es así que en estos últimos tiempos que estamos viviendo, al extenderse por doquier el mal y el gran peligro de perderse eternamente, Dios ha dispuesto que la Comunión se pueda recibir diariamente; y no sólo lo ha aconsejado a través de Santos y Papas, sino que también los mensajes del Cielo de estos tiempos nos invitan, y dulcemente nos ordenan, a comulgar todos los días, ya que la maldad es muy grande en el mundo y necesitamos del Alimento que nos hace fuertes y valientes, necesitamos de la Sagrada Comunión cotidiana.

Pero nunca debemos acercarnos a comulgar si nos encontramos en estado de pecado grave o mortal, porque sería un sacrilegio, y en lugar de recibir un remedio y fortaleza, recibiríamos la condenación, como lo ha dicho el apóstol.

La Virgen en muchos de sus mensajes se queja de que en estos tiempos se ha extendido muchísimo, como una epidemia, las comuniones sacrílegas, porque las personas se acercan a la Mesa eucarística sin confesarse y en pecado grave o mortal, y esto es como un cáncer para la Iglesia, que por estas malas comuniones está como llagada y paralizada en su misión apostólica y redentora.

Jesús, en Vos confío.