Las distracciones en la oración
El Padre Pío escribió: "cuando tengas distracciones no te distraigas aún más deteniéndote a considerar el porqué y el cómo y el dónde. Así como un viajero que erra su camino vuelve al correcto tan pronto como se da cuenta de ello, así también tú debes continuar meditando sin detenerte en las distracciones que tuviste.
El más hermoso credo es el que viene de tus labios en sequedad, en sacrificio, en dolor, en el supremo esfuerzo de una voluntad que no se dobla para siempre. Es este el que como relámpago penetra en la oscuridad del alma; es este el que como golpe de tempestad te levanta y te lleva hacia Dios".
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