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Navidades del ayer ...reflexión..
Recuerdo como era cuando en mi niñez llegaban las Navidades a casa, eran otros tiempos:
Jamás nos permitirían quedarnos despiertos la noche del 24, y era hermoso porque teníamos la ilusión de ir a dormir sabiendo que si habíamos sido buenos Papa Noel nos visitaría por la noche.
Recuerdo como nuestra familia en conjunto armábamos el árbol de navidad…
Todo era más sencillo, pero al mismo tiempo era de mucha más alegría. Cada uno trataba de poner algún adorno y se transformaba en una verdadera fiesta la actividad de decorar el árbol de la Navidad.
¿Preguntas a tu hijo qué es la Navidad?
Seguro que dirá que es cuando les compran sus juguetes y cuando se reúne la familia a cenar y tomar licores hasta la madrugada.Pero ni por un sólo instante recuerdan que el día de la Navidad es el cumpleaños de Nuestro Señor.
¿Se dan cuenta…?
Y es que los tiempos van cambiando, y vamos evolucionando con la modernidad, pero nos sentimos un poco frustrados dentro de nosotros mismos porque tenemos las enseñanzas de nuestros abuelos, añoramos las navidades antiguas cuando el chocolate y las tartas eran nuestra cena, porque era el Cumpleaños del niño Jesús.
Y si camino por las calles de mi ciudad, sólo veo niños jugando con unos juguetes electrónicos tan aparatosos y de tanto valor que no tienen idea porqué se les consiente tanto en ese día si no son ellos los festejados. Yo recuerdo años atrás cuando se era feliz con los juguetes de palos, las muñecas que podíamos peinar y jugar… hoy la tecnología nos ha consumido.
También vale la pena recordar porqué nuestros niños de hoy son tan agresivos y difíciles de complacer, porqué sus juguetes son violentos, son de muchos héroes ficticios que llenan sus mentes de basura, ahora ya el levantar la voz a sus padres es algo normal. Si se fijan hay muchas más peleas en nuestras familias, y nuestros niños son más inconformistas que nunca. Pero… ¿esa es nuestra culpa, o sencillamente nos dejamos llevar por la modernidad de nuestros tiempos?
¡Cuánto añoro esa mesa de nuestro hogar, donde todo era paz!
Esas fechas en las que estar con los padres y los hijos era lo más importante, cuando nuestros abuelos nos leían la Biblia y estábamos seguros de que no éramos nosotros los festejados sino nuestro Señor.
Yo no estoy en contra del modernismo, sólo que me gustaría enseñar a mis hijos que la Navidad es mucho más que recibir regalos, es la razón por la cual disfrutamos de la salvación eterna, y que todo lo demás viene por si solo.
¡Cuánto añoro las Navidades del ayer!
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