Disfrutemos de las bendiciones que Dios nos da.

[MARIA ISABEL SALAZAR LEAL]

No tenemos que perder a la gente para que descubramos qué valiosas son, no tenemos que seguir en este vicio horrible de cegarnos frente a las bendiciones y sólo captamos cuando nos falta, ni tienen que sernos arrebatadas las cosas para aprendamos a valorarlas. 

Lastimosamente, muchos somos ciegos para darnos cuenta de las grandes bendiciones que tenemos en nuestras vidas. Más de una vez hemos sido quejumbrosos. Está de moda sentirse victimas y echarnos al llanto. Sin embargo, cuando miramos bien descubrimos que somos muy afortunados.... ah bueno, que fuimos afortunados, pues esa mirada llega cuando ya es tarde. Amamos a las parejas cuando ya las perdemos, mientras las olvidamos cuando están a nuestro lado.

Pareciera  como si necesitáramos que la vida nos dé una sacudida para que comprendamos que somos afortunados por tener lo que tenemos, por poder lo que podemos y por vivir al lado de la gente que nos quiere y bendiciones tienes, seguramente tendrías una lista más grande de las que imaginas. Por cada pregunta absurda que te haces, pon una certeza; en vez de preguntarte por qué no tienes toda la plata del mundo que quieres, cae en cuenta de que ningún dinero puede comprar tu salud; en vez de pensar en que no pude viajar a las islas griegas, piensa en que tu casa es un paraíso en el que hay gente que te quiere y daría la vida por ti. 

Esas grandes bendiciones no tienen precio, porque son de un valor incalculable, no esperen a que falten para descubrirlo, por Dios, sal de tu habitación y abraza a los tuyos, diles que los amas, comparte con ellos, escúchales  diles que son importantes, no esperes a que no puedas hacerlo para llorar por no haberlo hecho.

ORO POR TI; Que este hermano se sienta y se sepa bendecido. Amén.