Casa Santa de Oracion
Mensaje sobre el Santo Rosario Perfección del Padrenuestro. Al pedir la posesión de su Reino, hacemos un acto de esperanza. Al desear que se cumpla su voluntad en la tierra como en el cielo, mostram…
Mensaje sobre el Santo Rosario
Perfección del Padrenuestro.
Al pedir la posesión de su Reino, hacemos un acto de esperanza. Al desear que se cumpla su voluntad en la tierra como en el cielo, mostramos espíritu de perfecta obediencia. Pidiéndole que nos dé el pan nuestro de cada día, practicamos la pobreza según el espíritu y el desapego de los bienes de la tierra. Al rogarle que perdone nuestros pecados, hacemos un acto de contrición. Al perdonar a quienes nos han ofendido, ejercitamos la misericordia en la más alta perfección. Al implorar ayuda en la tentación, hacemos actos de humildad, prudencia y fortaleza. Al esperar que nos libre del mal, practicamos la paciencia. Finalmente, al pedir todo esto no sólo para nosotros, sino también para el prójimo y para todos los miembros de la Iglesia, nos comportamos como verdaderos hijos de Dios, lo imitamos en la caridad, que abraza a todos los hombres, y cumplimos el mandamiento de amar al prójimo.
Comentario:
El Padrenuestro que rezamos en el Rosario es la oración por excelencia, en que está compendiado todo lo que el hombre debe pedir y esperar de Dios. Y toda oración, si no encaja en el Padrenuestro, entonces no es una buena oración, puesto que el padrenuestro es el modelo de toda oración.
Recemos mucho el Santo Rosario porque además de los padrenuestros que rezamos con amor, están las avemarías que alaban a María, y cuando María es alabada, Ella no se guarda para sí la alabanza, sino que inmediatamente alaba y adora a Dios, con la consiguiente lluvia de gracias sobre quienes rezan y sobre el mundo entero.
El padrenuestro también lo podemos rezar pausadamente y pensando en cada palabra que decimos, entonces da muchos frutos, porque nos une muy estrechamente a Dios y nos ponemos en sus benditas manos, esperándolo todo de Él.
El que reza el Rosario todos los días no será vencido por la desgracia, porque Dios no puede desoír los padrenuestros y las avemarías dichas con amor y perseverancia por sus hijos.
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