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[6] Digo con los santos, que la excelsa María es el paraíso terrestre del nuevo Adán, quien se encarnó en él por obra del Espíritu Santo para realizar allí maravillas incomprensibles. Ella es el sublime y divino mundo de Dios, lleno de bellezas y tesoros inefables. Es la magnificencia del Altísimo, quien ocultó allí, como en su seno, a su Unigénito y con Él todo lo más excelente y precioso.
¡Oh qué portentos y qué misterios ha ocultado Dios en esta admirable criatura, como Ella misma se ve obligada a confesarlo, no obstante su profunda humildad: ¡El Poderoso ha hecho obras grandes en mí! (Lc. 1, 49) El mundo los desconoce porque es incapaz e indigno de conocerlos.
(del Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen María)
Comentario:
Hemos encontrado el secreto de los secretos: María, el Corazón Inmaculado de María. Allí Dios ha puesto lo más excelso que puede poner un Dios. Así que imaginemos lo que el Señor ha colocado allí. Y el Espíritu Santo nos invita a que nos consagremos a María para introducirnos en este lugar de delicias que es un nuevo Paraíso donde encontraremos dulzuras inefables. Al principio se nos hará un poco costoso practicar la consagración a María, pero a medida que vayamos rezando, especialmente el Rosario, y hablando con la Virgen y conociéndola, se nos hará cada vez más fácil tratar con Ella y llegará el momento en que no podremos vivir ni un solo instante sin estar en su compañía. Pero esto llegará después de hacer la consagración y perseverar, perseverar, perseverar hasta que María nos lleve a su interior y nos muestre sus dulzuras.
¡Inmaculado Corazón de María!
¡Sé la salvación del alma mía!
Visite: www.santisimavirgen.com.ar
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