El gen del cristiano.

[Jorge Ivan Echavarria]

En furor esta descubrir nuevos genes según nuestros comportamientos. También está de moda los mil y un libros sobre cómo encontrar el éxito. No sabía yo que el éxito se había perdido y lo estábamos buscando. Conquistar nuestras metas, ser feliz. Gentes de todas partes nos volcamos en páginas enteras llenas de letras a buscar el secreto, los 12 pasos para llegar a la cima, saber si el monje que vendió su Ferrari tiene tenis o patineta, los métodos de todos los tipos, la ley de atracción y la ley de gravedad. Todo para ser el primero.

Entonces Jesús nos propone un camino absurdo, un camino que no es para cualquiera. Porque para recorre este camino tú tienes que tener un gen especial, el gen que debe tener todo cristiano, todo discípulo, todo aquel que se haga el ultimo. Este gen tiene un nombre particular; es el GEN eroso. La única forma de asumir el camino que culmino Cristo en la cruz, es imitándolo en todo. Así el “que quiera ser grande que se haga servidor de ustedes;  y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud”. (Mateo 20; 26-28) Y Para llegar a esto se debe actuar con generosidad, es decir estar dispuesto a darlo todo. La verdadera generosidad no proviene de la abundancia material si no de la abundancia del corazón. Tanto amo al mundo que entrego a su único hijo…

Así que si quieres conquistar esta tierra de gigantes te debes de hacer pequeño como el enanito. Cuando voy entendiendo que Jesús es el camino, deseo  con mayor ardor del corazón ser la tierra sobre la que esta ese camino. Ser como Teresita que cantaba: Lo que agrada a Dios en mi pequeña alma es que ame mi pequeñez y mi pobreza.

Entonces delante de  Jesús, lloro por que todavía soy más como el joven rico, y menos como Teresita, estoy siguiendo al maestro y quiero entregarle me vida, pero me cuesta ser GEN eroso con  El, ya que todavía me aferro a mis propios “tesoros”.

¿Y qué puedo hacer? Es sencillo, cambiar de puesto en la fila, de ser el primero a ser el último, para servir hay que tomar las actitudes correctas; el desprendimiento, el amor y la motivación necesarias. Así que si en todo y en todos veo una oportunidad para servir a Jesús, a quien respondo humildemente a su inmenso amor por mí. Me pongo el delantal, es decir asumo las actitudes del crucificado, el que atiende, el que escucha, el que alienta, el que esta pronto para los amigos. Este delantal, es la herramienta del cristiano, es la armadura de la fe que nos habla Pablo en una de sus cartas, es tomar nuestro lugar y volvernos candil en las manos del señor, Luz que se pone en lo alto para el Servicio de los demás.

Tener el delantal puesto no es sencillo, siempre sobresaldrá de nosotros el egoísmo y el orgullo, no es un cambio de la noche a la mañana, por eso sin pretensiones en Todo Amar y servir, desde lo pequeño, lo cotidiano, lo sencillo.

Porque si soy fiel en lo poco seré fiel en lo mucho…

Jorge Iván Echavarría. Servir es Reinar.