Latidos del Corazoncito de Jesús‏ Gracias por compartir Bendiciones.Ana

[ieda Flavia Analia]

El Corazón de Jesús en la Obra de María Valtorta

Latidos del Corazoncito de Jesús. 

María va por el lado externo de la casa, sube la escalera... Parece un ángel blanco moviéndose en la noche quieta llena de astros. Entra en la habitación de Isabel.

-¡Oh! ¡María! ¡María! ¡Cuánto dolor! ¡No puedo más, María! ¡Cuánto dolor hay que padecer para ser madre!.

María la acaricia con amor y la besa.

-¡María! ¡María! ¡Deja que ponga mis manos sobre tu vientre!.

María coge esas dos manos rugosas e hinchadas, las pone sobre su abdomen ya algo abultado y las mantiene apretadas con sus manitas lisas y gráciles. Y ahora, que están las dos solas, habla en tono suave y dice:

- Jesús está aquí, oyéndote y viéndote. Ten confianza, Isabel. Su corazón santo late con más fuerza, porque está actuando para bien tuyo. Lo siento latir como si lo tuviera entre una mano y otra. Yo entiendo las palabras de mi Niño hechas de latidos. Ahora me está diciendo: "Dile a la mujer que no tema. Todavía un poco de dolor. Luego, con el primer sol, entre las tantas rosas que esperan ese rayo matutino para abrir sus pétalos sobre su tallo, su casa tendrá la rosa más bonita, Juan, mi Precursor".

(De “El Evangelio como me ha sido revelado”, María Valtorta) 

Comentario: 

¡Qué hermoso texto donde Jesús, siendo sólo un embrión, con sus latidos acelerados, da a entender a María, su Madre, que Isabel tendrá un buen parto!

Es que Jesús es quien nos vino a salvar, pero también a consolar, pues Él sabe bien, por experiencia, lo que es el sufrimiento de toda clase.

Por eso tenemos que confiar en el Sagrado Corazón de Jesús, que no es ajeno a nuestro dolor, sino que Él sufre junto con nosotros, e incluso ha sufrido por nosotros mucho antes de que naciéramos, cuando se entregó en la cruz por salvarnos.

No desconfiemos del Corazón de Jesús, porque primero fallarán el cielo y la tierra, antes de que se pueda decir que un fiel que puso su confianza en el Sagrado Corazón haya sido desilusionado.

Meditemos un poco en este hermoso texto, cómo el Señor se comunicaba con su Madre, la Virgen, de esa forma tan misteriosa, por medio de sus latidos. Y pensemos también en los millones de niños que son abortados por sus mismas madres, ¡qué gran crueldad!

También cuando nosotros comulgamos, somos como María en el momento en que llevaba en su seno a Jesús, y en cada comunión deberíamos sentir al Corazoncito del Niño Jesús latiendo de amor por nosotros, en nuestra alma.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.

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