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Sólo Dios puede.
Al implorar la remisión de nuestros pecados, invocamos su clemencia.
Comentario:
Sólo Dios puede perdonar los pecados. Y si los sacerdotes católicos perdonan pecados, es sólo porque lo hacen en persona de Cristo, es Dios a través de ellos que perdona, es Jesús Sacerdote eterno, que perdona al penitente.
Por eso cuando rezamos el Padrenuestro del Rosario, pedimos a Dios perdón por nuestros pecados, invocando e implorando la Misericordia divina sobre nosotros, pero lo hacemos con la promesa de perdonar también nosotros a los que nos ofenden. Es decir que nosotros mismos, al rezar el Padrenuestro, nos comprometemos a perdonar para ser perdonados. Si no perdonamos de corazón, entonces Dios no nos perdonará tampoco nuestros pecados.
Pensemos un poco a lo que nos estamos comprometiendo cuando rezamos el Padrenuestro del Rosario, y pongamos los medios para llevar a la práctica esta palabra empeñada.
Si Cristo no hubiera venido a la Tierra, no habría posibilidad de salvación. Él nos ha abierto las puertas del Cielo, a condición de que nosotros no las cerremos con nuestros propios pecados, y a condición también de que perdonemos a todos, para ser perdonados por Dios.
Recemos mucho el Rosario, porque esta oración milagrosa nos irá ayudando a perdonar e incluso a olvidar las ofensas recibidas, y hasta a amar a los que nos han hecho daño o que creemos que nos lo hicieron.
Si rezáramos el Rosario todos los días, y si fuera posible el Rosario completo, es decir, los veinte misterios, veríamos cómo nuestra vida daría un vuelco hacia el bien, y los nuestros caminarían por un camino florido, protegidos de todo mal, y todo nos saldría bien, aunque por supuesto que tendríamos cruces, pero resultaría todo bien a pesar de las desgracias propias de la vida terrena.
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