Sobre El Cualto Al Sagrado Corazón de Jesús. Gracias por compartir.Analia

[ieda Flavia Analia]

Encíclica "Haurietis Aquas"

SOBRE EL CULTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
PIO XII
15 de mayo de 1956

El Reino. 

Gracias a don tan inestimable, la Iglesia puede manifestar más ampliamente su amor a su divino Fundador y cumplir más fielmente esta exhortación que, según el evangelista San Juan, profirió el mismo Jesucristo: En el último gran día de la fiesta, Jesús habiéndose puesto en pie, dijo en alta voz: «El que tiene sed, venga a mí y beba el que cree en mí». Pues, como dice la Escritura, «de su seno manarán ríos de agua viva». Y esto lo dijo El del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en El. Los que escuchaban estas palabras de Jesús, con la promesa de que habían de manar de su seno ríos de agua viva, fácilmente las relacionaban con los vaticinios de Isaías, Ezequiel y Zacarías, en los que se -profetizaba el Reino mesiánico, y también con la simbólica piedra, de la que, golpeada por Moisés, milagrosamente hubo de brotar agua.

(Encíclica “Haurietis Aquas”) 

Comentario: 

El Reino de Dios vendrá en plenitud a la tierra cuando la devoción al Sagrado Corazón de Jesús se haya extendido por todo el mundo, pues este es el fuego que vino a traer Cristo a la tierra, y del cual anhelaba que ya estuviese ardiendo.

Por eso todo lo que hagamos por vivir esta devoción, y por difundirla en todas partes, lo estaremos haciendo por el reinado de Jesucristo en el mundo.

Esta devoción no es una devoción más, sino que es como la devoción central, como centro es el corazón en el cuerpo, así también la devoción al Sagrado Corazón de Jesús es la devoción central de todo cristiano, pues se trata de sondear y amar al Corazón de Jesús, de amar al Amor.

Hay una profecía sobre los frutos de la extensión de esta devoción en todas partes, que dice que el mundo volverá a ser recaldeado, luego de haberse entibiado o enfriado. Y es lo que está sucediendo ahora mismo en este mundo que se ha vuelto pagano, y se ha enfriado en el amor a Dios. Es necesario que el Corazón de Jesús vuelva a darle a los cristianos, y por medio de ellos a toda la sociedad, ese calor de la caridad, del amor de Dios y entre los hermanos.

Si trabajamos porque reine el Corazón de Cristo en nosotros, en nuestras familias y en el mundo entero, entonces estamos trabajando directamente por el Reino de Dios, porque éste será una consecuencia lógica de la vivencia de la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús.

Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío.